El Gobierno destaca el avance en la unidad contra ETA y pide apoyo a las bases del PNV

El Gobierno destacó ayer el avance logrado en la "unidad de los partidos democráticos, especialmente con el PSOE, contra ETA". El portavoz del Ejecutivo, Pío Cabanillas, dirigió un guiño a las bases del PNV para que se incorporen a la unidad de los demócratas. "El PNV es un partido democrático", dijo, aunque censuró que "algunos dirigentes no actúan en los mínimos democráticos que se debe exigir". Por su parte, el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, instó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, a responder con una iniciativa "no ya política sino ética".El discurso que Cabanillas, ofreció tras el Consejo de Ministros sobre la situación política en Euskadi, -agravada por el atentado de ETA contra José Ramón Recalde- tuvo algunas novedades y apareció marcado por el acercamiento a los socialistas. Éstos vienen insistiendo al Gobierno sobre la conveniencia de separar el problema de la gobernabilidad de Euskadi de la necesidad de lograr la unidad democrática contra el terrorismo, incluido el PNV.

Con este objetivo, los socialistas recalcan la necesidad de lanzar mensajes unitarios a las bases nacionalistas y de forzar a su dirección a la ruptura definitiva con el frente nacionalista mientras ETA no cese de matar definitivamente. José María Aznar suele distinguir entre las bases del PNV y su dirección, pero sus discursos están teñidos de una gran carga de agresividad contra el nacionalismo democrático.

El portavoz del Ejecutivo insistió en que el proceso de erradicación de ETA será "largo", resultado de una combinación de medidas recogidas en cinco principios, en los que ayer insistió, y que responden a las bases de consenso alcanzadas con los socialistas: unidad de los partidos democráticos, con su efecto estimulante en la movilización social; utilización de todos los instrumentos que ofrece el Estado de Derecho; eficacia policial y respeto a las reglas del juego democrático, con la Constitución y el Estato de Gernika como bases.

Tampoco quiso pronunciarse sobre la eventualidad de un Gobierno de concentración en Euskadi PP-PSOE-PNV-EA, que sustituya al Ejecutivo en crisis del lehendakari y se centre, como objetivo principal, en la erradicación del terrorismo. Esta propuesta ha sido muy celebrada en influyentes medios culturales vascos, no nacionalistas y nacionalistas democráticos. Aunque el portavoz del Gobierno no se pronunció, tampoco lo descartó. Insistió en que el calendario del lehendakari ya está trazado y afirmó que "no hay que precipitar acontecimientos": el próximo viernes, 22 de septiembre, Ibarretxe tendrá que pronunciarse, tal como se comprometió hace meses.

Si confirma su decisión de no adelantar las elecciones y de no presentarse a la cuestión de confianza, puede llegarles la hora a los partidos de la oposición vasca. El PSOE todavía confía en que Ibarretxe dirija la salida de la crisis que vive Euskadi y que, a juicio de los socialistas, pasa necesariamente por la convocatoria de elecciones. Ésa es la posición de la Ejecutiva Federal del PSOE, si bien serán los dirigentes del PSE los que concreten la estrategia, probablemente hoy mismo en la reunión de su Consejo Nacional.

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, comunicó ayer públicamente a Ibarretxe que los socialistas están a la espera de que "adopte una iniciativa ética". La fecha para anunciarla debería ser el próximo día 22, en el debate de política general que celebrará el Parlamento vasco.