Rato afirma que España evitará la crisis, pero el PSOE le advierte de que vienen tiempos peores

La incertidumbre sobre el futuro de las economías europeas -asfixiadas por un euro depreciado y un petróleo en máximos históricos- y la mala racha de la inflación no afectará al crecimiento de la economía española, que crece a ritmos del 4%. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, está tan convencido de ello que ayer, en la primera sesión de control al Gobierno del nuevo curso político, insistió en que nada hará cambiar su objetivo de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2001. El portavoz de economía del PSOE, Jordi Sevilla, advirtió al Gobierno de que se prepare para tiempos peores.

Inflación, y también petróleo, fue la palabra más repetida ayer en el Congreso en un pleno de tinte eminentemente económico en el que se escuchó mucho análisis sobre lo que para algunos constituye un cambio de panorama internacional: el petróleo por las nubes, el euro por los suelos y los precios disparados.Cambios que afectan a toda Europa y que han sembrado las dudas sobre si el continente no estará saliendo de una etapa económica boyante -con ritmos de crecimiento del 3% y el 4%- para dejar paso a otra más complicada. ¿Empieza a asomar la crisis? El ministro de Economía demostró que no comparte en absoluto las dudas. "No debe de dejarse contagiar por estos temores", aconsejó Rato al diputado del PNV Pedro María Azpiazu Uriarte durante la sesión de control. Como prueba le recordó los datos de crecimiento del producto interior bruto del primer semestre: un 4,1%.

Sin más detalles, cuando ese mismo parlamentario preguntó al ministro si estaba empeñado en alcanzar el equilibrio presupuestario pese a la posibilidad de un camino más duro los próximos años, Rato dijo: "Sí". "Muy escueto; pensé que era más consciente de los déficit de la economía española", le indicó Azpiazu, que señaló hacia el aumento de productividad como la asignatura pendiente.

El Gobierno insiste en que sólo mediante un déficit cero (igual a cuentas saneadas) se puede luchar con la inflación, el mayor dolor de cabeza del Gobierno, y no entiende muchos de los reproches de la oposición. Los partidos le echaron en cara que, pese a que los precios estén descontrolados, el Ministerio de Economía se empeñe en resaltar sus logros (empleo, recorte de impuestos) y en achacar a elementos internacionales -la cotización del petróleo, la depreciación del euro frente al dólar- los problemas con la inflación, mientras que cuando los precios iban bien, se atribuía el mérito.

Negar la realidad

"Cuando un Gobierno empieza a negar la realidad es que le va a ir mal", señaló el diputado socialista Jordi Sevilla, convencido de que el país vive un "cambio de expectativas" y de que el año que viene será peor. "Decir que la culpa es del petróleo no es serio, sobre todo porque la inflación subyacente es el doble que en otros países europeos", indicó Sevilla.Pero Rato insistió: en conjunto, su política económica ha mejorado la calidad de vida de los ciudadanos, más preparados para hacer frente a la subida de precios. "No puedo seguir los consejos de la oposición, que no duran ni 24 horas", dijo el vicepresidente. Ésta no fue la única referencia directa al grupo socialista, que ayer estrenó su nuevo equipo. "Y Zapatero" -el ministro hizo un inciso en su discurso para dirigirse directamente al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que participaba en su primera sesión de control como líder de su grupo- "no diga que va a bajar los impuestos, porque no lo va a hacer".

El líder socialista se planteó, en una entrevista reciente con este periódico, la posibilidad de una reducción de la fiscalidad, porque también es "de izquierdas". Los comentarios de Rato gustaron poco en las filas socialistas y, por supuesto, provocaron los aplausos de los diputados del PP. Horas más tarde, el diputado del PP, Luis Gamir, retomó la discusión: "Si bajar los impuestos es de izquierdas, el señor Rato es el máximo líder de la izquierda. Permítame la broma".