Edwards alaba la mezcla de poesía y recuerdo en César Antonio Molina

"Variado, gracioso y culto". Jorge Edwards contó ayer que los tres adjetivos se pueden aplicar a Vivir sin ser visto, el nuevo libro de César Antonio Molina, publicado en la colección Ficciones, de Península. A juicio del escritor chileno, el libro del director del Círculo de Bellas Artes se presenta como un libro de viajes, literarios y reales, pero no se atiene a un género específico. En este sentido, se podría enmarcar dentro de la tradición de la lengua española a los textos que se escapan a cualquier clasificación. El último Premio Cervantes abogó también por rescatar esa línea de la literatura en la que podrían enmarcarse los diarios de Stendhal y los de Víctor Hugo. El narrador de Vivir sin ser visto "ha sabido colocarse en un lugar secundario". El libro, en el que se funden la poesía y el recuerdo, está lleno de temas que están sólo desarrollados al paso, cosa que no es habitual entre los escritores que no suelen ser nada generosos con sus temas. "La avaricia que domina la sociedad tiene también su correspondencia en la literatura", añadió Edwards.

César Antonio Molina, comisario de numerosas exposiciones y autor de ensayos y de poesía, contó que es la primera vez que publica un libro de memorias ficticias o de relatos de viajes literarios. "Estamos abocados a lo multigenérico", aseguró Molina. "De la misma manera que el mundo camina a lo multirracial, los géneros literarios cada vez tendrán una mayor comunicación entre ellos". Por el libro desfilan personajes como Dalí, Octavio Paz, Jünger, Bioy Casares y Alberti, entre otros.

Vivir sin ser visto está narrado en primera persona y reúne relatos, reportajes y ficción. "Este tipo de libros se escribe cuando el autor ha pasado el cabo de Hornos de las tormentas de la vida y se da cuenta que el tiempo que le queda está limitado", contó el autor.

Para Molina, su nuevo trabajo es un itinerario a través de lo que ha viajado y leído. Su opinión es que la vida está llena de relatos que se pierden por la pereza, en muchos casos, de sus protagonistas. "La literatura está plagada de historias de la vida y de la cabeza y el buen hacer del escritor está en la mezcla".