Un 'Concierto de Aranjuez' poco flamenco

Homenaje a Perla

Serranito, junto a la joven Orquesta Arsian que se presentaba la noche del pasado lunes en el marco de la Bienal flamenca, acometió de nuevo el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo. Empeño difícil, porque es obra muy conocida, una de las más interpretadas de la música española, y las referencias que hay sobre ella son múltiples y para todos los gustos.Serranito e Ignacio Yepes han optado por una versión bastante fiel a la escritura original del compositor, lo que quiere decir que no han hecho nada por aliviar la dificultad implícita en ello. Para un músico flamenco siempre es más fácil interpretar lo que no es estrictamente jondo al dictado de su propia inspiración. La obra de Rodrigo no es en modo alguno fácil, singularmente para el guitarrista, cuya parte es amplísima y con algunos pasajes extraordinariamente exigentes. Por ello no me sorprendió ver a un guitarrista de la experiencia de Serranito tenso durante la interpretación, e incluso diría que inseguro de manera no habitual en él.

Interpretación que pese a ello fue sensible, matizada como sólo un virtuoso es capaz de hacerlo, aunque no haya estado particularmente afortunado. Recuerdo la interpretación que hace unos años realizó del Concierto de Aranjuez Paco de Lucía, mucho más flamenca que ésta y, en consecuencia, con una guitarra más brillante. No lo digo en detrimento del trabajo de Serranito, sino para señalar la diferencia de concepto entre ambos.

Serranito hizo una primera parte de flamenco convencional, con soleares, tarantas y algunos toques para acompañar a los hijos de la cantaora Perla de Triana, a quien el guitarrista rindió un emotivo homenaje en recuerdo a la amistad que le unió a ella y a los suyos.La Orquesta Arsian, dirigida por el joven Yepes, interpretó, además del Concierto de Aranjuez, una obra de Surinach y otra de Gerhard, las dos con referencias a temas flamencos. Excelente trabajo el de esta nueva formación integrada por jóvenes músicos que saben bien lo que hacen y que demuestran una preparación muy consistente. La dirección de Ignacio Yepes, inteligente, autoritaria y sensible, como debe ser siempre la responsabilidad de quien conduce. Aunque me da la impresión de que en el Concierto de Aranjuez la guitarra solista le planteó algunos problemas con los que no contaba, que resolvió sin perder los papeles y sin que la bondad global del resultado fuera muy dañada.