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GREGORIO VARELA Especialista en nutrición

"Faltan datos sobre los suplementos vitamínicos"

Embarazadas

El 15% de los europeos toma regularmente suplementos vitamínicos. Sin embargo, no está claro que estos suplementos sean tan beneficiosos como se cree y tampoco está claro que sean inocuos cuando se toman en exceso. El auge en el consumo de vitaminas que se inició hace 10 o 15 años en Estados Unidos se extiende en Europa sin que se hayan evaluado las posibles consecuencias."Epidemiológicamente, la mayor parte de las carencias vitamínicas se producen en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo y en estos lugares, una las expresiones más comunes es el raquitismo infantil. En los países ricos se observan algunas deficiencias subclínicas de vitaminas D, B1 y ácido fólico. Los ancianos son los más vulnerables a padecer deficiencias de estos micronutrientes, seguidos de las personas que se someten a dietas de adelgazamiento", afirma Gregorio Varela, catedrático de Nutrición de la Facultad de Ciencias Experimentales y Técnicas de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid.

Según Varela, que recientemente coordinó una reunión sobre vitaminas y salud patrocinada por la Fundación BBV, no es conveniente tomar complejos vitamínicos en exceso, puesto que "faltan datos que confirmen el papel beneficioso aportado farmacológicamente por estos micronutrientes e incluso es posible que en algunos casos se pudieran presentar problemas de toxicidad. Debe pasar más tiempo para poder comprobar qué efectos tiene sobre el organismo la ingesta excesiva de preparados vitamínicos".

En cualquier caso, es preciso acotar bien quién puede necesitarlos. Varela precisa que toda dieta variada y equilibrada garantiza la ingesta de los nutrientes necesarios, incluidas las vitaminas, salvo en algunos grupos de población o situaciones especiales, en que aumenta la demanda.

"En los países ricos", explica, "ya hace muchos años que no existe raquitismo, escorbuto, beri-beri o pelagra. Sin embargo, estudios epidemiológicos han revelado que los ancianos son los más vulnerables a padecer carencias de vitaminas y minerales. La reducción de la demanda energética, los trastornos digestivos, los tratamientos farmacológicos que interfieren en la absorción de los nutrientes, e incluso el bajo poder adquisitivo son factores que sitúan a este grupo de población en el riesgo de padecer déficit vitamínico".

Otro grupo de riesgo son las personas que se someten a regímenes de adelgazamiento con una ingesta diaria no superior a las 1.200 kilocalorías. Los niños y adolescentes, por estar en una etapa de crecimiento y desarrollo, pueden a veces padecer carencias subclínicas, según Varela, especialmente "las adolescentes que se ponen a dieta para adelgarzar".

Los alcohólicos carecen de un buen estado vitamínico general, "especialmente de la vitamina B1 y de ácido fólico", mientras que los fumadores "suelen tener déficit de vitamina C", según Varela. Igualmente, las embarazadas están expuestas a carencias, por lo que se recomienda tomar un aporte suplementario de vitaminas y minerales, sobre todo de hierro y calcio, durante la gestación. También se recomienda tomar antes del embarazo suplementos de ácido fólico para prevenir problemas de tubo neural."Los requerimientos de esta vitamina del grupo B son tan altos durante el embarazo, que habría que tomar varios kilos al día de verduras de hojas verdes. Por esto es necesario un suplemento farmacológico desde que se quiere tener un hijo, ya que el tubo neural se forma en las primeras semanas de gestación, cuando la mujer todavía no sabe que se encuentra embarazada", dice Varela.

En cualquier caso, Varela subraya la importancia de tomar una dieta rica en vitaminas: "Estas sustancias están implicadas en múltiples procesos metabólicos y sin ellas el resto de los micronutrientes, es decir, los carbohidratos, grasas, proteínas y minerales, no podrían cumplir su función. Son la energía, el carburante del organismo. Hasta ahora se pensaba que actuaban individualmente, pero ahora hay indicios de que interactúan coordinadamente", señala. También tienen una importante función reguladora como elementos formadores de tejidos y para reforzar el sistema inmunológico. Por su acción antioxidante, sobre todo la vitamina C y la E, protegen frente al proceso de envejecimiento".

Los bajos niveles de vitaminas C y E se han relacionado con la aparición de ciertos tipos de cáncer, según Varela. Del mismo modo, si existen bajos niveles de ácido fólico, aparecen alteraciones en la proliferación celular y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Hay que admitir, según él, que a veces no es fácil lograr el equilibrio nutricional. En estos casos, las carencias vitamínicas pueden manifestarse en forma de cansancio, falta de concentración y bajo rendimiento.

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