_
_
_
_

Barceló crea una veintena de gárgolas y seis vitrales para la catedral de Mallorca

El artista expondrá en 2003 un centenar de grandes cuadros y esculturas en la isla

Miquel Barceló dejará huellas y rasgos de su mundo en la inmensa y esbelta catedral de Mallorca; serán enormes cerámicas y cristaleras: terracotas esculpidas en forma de gárgolas exteriores y en vitrales para darle nueva luz y colores, tras descubrir ventanales cegados en los muros góticos. El artista de Felanitx ha comentado y cedido a este diario algunos de estos "preproyectos", una intervención compleja en la que trabajará de inmediato. Son las ideas que quiere plasmar en ambiciosos trabajos plásticos, que ubicará en el templo y otros lugares de la isla en 2003.

Más información
"Esto de pintar es ya tan raro..."

"En las iconografías habituales de las gárgolas", dice Barceló, "se han representado los expulsados del Paraíso; está bien, yo también me identifico con ellos más que con el resto. En mis mitologías de gárgolas habrá cabezas de peces, perfiles y anatomías humanas, caras y animales, inventados o no. Creo que me desenvuelvo bien. Serán terracotas de alta cocción, más resistentes que las antiguas de piedra caliza, el marés tradicional, cuya textura y color buscaremos"."Yo trabajaré directamente las piezas a su tamaño, me meteré en las arcillas como he hecho siempre, sin hacer un dibujo o un modelo pequeño para que otros piquen la piedra o una máquina multiplicadora las realice. No es eso, no tendría sentido", comenta. Con minuciosidad y la misma obsesión, Miquel Barceló crea y medita: ha consultado a especialistas del Louvre, ha repasado libros históricos y visitará otras catedrales. Desde comienzos del verano el artista mallorquín acude periódicamente a las naves, rincones ocultos y terrazas de la catedral. Allí trabajará durante meses. En estas rutas y estancias sigilosas ha completado ya varios cuadernos de dibujos y notas. "Si la Iglesia no tiene problemas conmigo por no ser creyente, yo tampoco tengo que tener objeciones culturales o personales para crear allí, desde el respeto", observa.

Capillas restauradas

Barceló quiere mostrar las gárgolas monumentales -que comenzará en Francia esta primavera- en el mismo corazón de la iglesia, antes de subirlas a las torres y tejados donde harán caer -mágicas y fantasmagóricas, al borde del abismo- la lluvia lejos de las piedras. También montará varias grandes pinturas sobre telones de papel para exhibirlas temporalmente en el envés de la fachada principal de la catedral, bajo el gran rosetón y sobre dos capillas, de gusto y estéticas discutibles. Si los planes no se tuercen, Barceló presentará también seis vitrales construidos adrede para viejas capillas restauradas y desveladas. En la primavera del año 2003 será la apoteosis indígena del internacional Barceló, de 43 años. Entonces habrá culminado sus planes de montar cerca de un centenar de grandes cuadros y esculturas en varios rincones de Mallorca: además de la amplia exposición en la Seu, espera mostrar colecciones de papel en otros edificios góticos de la fachada de Palma de Mallorca, por encargo conjunto del Gobierno de Baleares, el Obispado de Mallorca y la Universidad. El Ayuntamiento de Felanitx quiere fijar una gran escultura en su plaza principal.

El diálogo con la catedral es una mirada hacia los espejos del pasado, no en vano el artefacto es una síntesis de siete siglos de historia, arte, poder y miedos. "Me gustan las superposiciones, la reutilización de materiales de épocas y usos distintos", indica Barceló: "Mi casa de Mallorca tiene una base y una torre medieval cuyas piedras fueron de un monumento prehistórico".

El Plan Catedrales del Ministerio de Cultura, cuyo proyecto para Mallorca -presupuestado en 1.300 millones- ganó Enric Taltavull, ha integrado la intervención de Barceló en las gárgolas, según detalló ayer desde Menorca el citado arquitecto. Taltavull invitó al artista cuando ya se preparaba su muestra en la Seu. El arquitecto pretende, con el cabildo de la catedral, que además de la factura de las gárgolas de diferente tamaño, de hasta dos metros de longitud y fachada, el pintor trabaje en nuevos vitrales, tras descubrir ventanales ocultos por adefesios contemporáneos en la capilla de San Pedro y el Santísimo. La Catedral tiene 60 gárgolas distintas y muchos vacíos por llenar y algunos por suplir, indica Taltavull para quien "Barceló es una aportación indiscutible, cuyo estilo encaja con los seres fantásticos de las gárgolas".

Pere J. Llabrés, canónigo responsable del patrimonio cultural de la diócesis, confirma los deseos institucionales de que "un artista contemporáneo de la talla de Barceló trabaje en el templo y deje rastro de su arte y su pintura".

El Cabildo -que vetó a Miró y a principios de siglo expulsó a Gaudí y Jujol- debe sellar aún las intervenciones de Barceló."Fue una pena que en los años 70 no se dejara a Joan Miró que hiciera cristaleras como se ofreció a los canónigos de entonces", dice Barceló. La Seu, espejo de la historia y del arte insular, es uno de los grandes complejos monumentales del Mediterráneo, en el que resplandecen el gótico medieval de Sagrera y las heterodoxias recientes de Gaudí y Jujol.

"Iré a Chartres y miraré de nuevo sus cristaleras. Hay algunas de Palma que son horribles, las hicieron pensando en la luz de Colonia y Hamburgo. Las hay que parecen colorines de Walt Disney. El único que lo entendió bien fue Gaudí, que superpuso triples cristales, lo que crea ambientes cálidos, de tonos submarinos. Desde el siglo XIII, los únicos que acertaron fueron Gaudí y el perfecto y joven Jujol".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_