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Un nuevo equipo médico apoya la decisión de los jueces británicos de separar a unas niñas siamesas

Isabel Ferrer

El cirujano y el cardiólogo pediátricos llamados por el Tribunal de Apelación de Londres para aportar una segunda opinión sobre la posible separación de las siamesas Jodie y Mary, nacidas hace un mes en Manchester, son favorables a dicha operación. Dado que las niñas sólo cuentan con un corazón y unos pulmones para las dos, la intervención conllevaría la muerte instantánea de la más débil, Mary. Dejarlas como están, que es el deseo de los padres, supondrá la muerte de ambas, porque Jodie no podrá seguir oxigenando la sangre de su hermana. Enfrentados a una decisión que, de dar la razón a los médicos, sentaría un precedente legal en el Reino Unido, los tres jueces levantaron ayer la sesión hasta el próximo día 13.El nuevo equipo médico consultado por Alan Hilton Ward, Henry Brooke y Robert Walker procedía del hospital londinense de Great Ormond Street, donde han sido separadas en el pasado varias parejas de siameses.

Las niñas están unidas por el abdomen y, según los médicos, Mary tiene un cerebro primitivo sin función pulmonar o cardiaca alguna. De haber nacido sola, lo más probable es que los médicos británicos la hubieran dejado morir al considerarla inviable. Los padres, católicos devotos y procedentes de una comunidad de Europa del Este, prefieren dejarlas como están a elegir entre ambas. Ellos viajaron al Reino Unido en busca de ayuda pero, según sus abogados, ahora tienen que enfrentarse a unos especialistas con criterios bien distintos a sus creencias.

Antes de tomar una decisión, el tribunal quiere aclarar "la clase de criatura que representa Mary para la ley". En otras palabras, si puede considerarse a la niña un ser vivo e independiente desde el momento del nacimiento o bien "una especie de parásito" de su hermana, tal y como defienden los médicos desde el punto de vista clínico. "Tienen ustedes que convencerme de que salvar a Jodie y perder a Mary, por decirlo claramente, no es igual que matar a esta última de forma ilegal", dijo ayer el juez Ward a los abogados que representan al hospital Saint Mary de Manchester. Sus médicos sostienen que Mary acabará agotando a su hermana en un plazo de entre tres y seis meses.

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