ETA presiona a familiares de empresarios para que paguen el 'impuesto revolucionario'

ETA ha enviado cartas amenazantes a mujeres e hijos de empresarios que se han negado a pagar el impuesto revolucionario o que han ocultado a sus familias que estaban siendo extorsionados. Estas cartas llegaron a sus destinos al tiempo que la banda asesinaba al presidente de la patronal Adegi, José María Korta, en Zumaia (Guipúzcoa), hacía estallar un coche bomba en Madrid dirigido a "diversos responsables políticos y económicos" y atentaba con bomba contra seis empresas guipuzcoanas. "Lo que quiere ETA es meter más miedo a los empresarios para que paguen", aseguran fuentes del Ministerio del Interior.

Fuentes del Ministerio del Interior, de la Ertzaintza y empresariales han confirmado que la organización terrorista no sólo ha extendido su campaña de chantaje a familiares de empresarios sino que también ha aumentado sus exigencias económicas. En algunos casos, la petición inicial de cinco millones de pesetas se ha duplicado y hay constancia de que los terroristas han llegado a reclamar 25 millones de pesetas.Los empresarios reticentes han recibido la advertencia de que si no ceden al chantaje tanto ellos como sus familiares serán considerados "objetivos militares". ETA ha completado su campaña de amenazas con escritos a algunas mujeres e hijos de aquellos empresarios de los que sospecha que han preferido ocultar a sus familiares la extorsión de que son víctimas. "ETA pretende crear más miedo, aumentar la presión e implicar en el chantaje a los familiares de los empresarios que han preferido asumir el riesgo en solitario, sin comunicárselo a sus allegados", según fuentes de Interior.

Responsables de la lucha antiterrorista aseguran que esta intensificación de la extorsión se debe a la mayor necesidad de dinero que tiene ETA para financiar su actual ofensiva terrorista y mantener la nueva estructura operativa que creó durante la tregua. "En estos momentos es posible que ETA ande más escasa de dinero que de explosivos y armas", señalan estos medios.

La campaña de intimidación de la banda contra los empresarios navarros, vascos, madrileños e incluso baleares ha sido confirmada de forma expresa en el comunicado difundido el pasado día 1 por la organización terrorista, en el que reivindica, entre otros atentados, el perpetrado con el coche bomba que hizo estallar el 8 de agosto en la calle Platerías de Madrid. Este artefacto, según la propia ETA, iba dirigido contra "diversos responsables políticos y económicos". Entre éstos incluía a un empresario del que se decía expresamente en el comunicado que "no ha pagado el impuesto en favor de Euskal Herría". Ese mismo día, asesinó con otro coche bomba en Zumaia (Guipúzcoa) al empresario José María Korta, presidente de la patronal guipuzcoana. Las Fuerzas de Seguridad sospechan que la organización terrorista introduce algún tipo de clave en los textos de sus cartas de amenaza para detectar, en el caso de que sea reproducida en los medios de comunicación, si el chantajeado ha desobedecido las recomendaciones de ETA y ha denunciado la extorsión a la policía.