La Salle construirá este año un 'vivero' de empresas en un marco de tecnología punta
La inversión en el plan asciende a 2.500 millones
Barcelona contará el 2002 con un nuevo punto de referencia en su paisaje tecnológico. Se trata de un edificio de 12.000 metros cuadrados, de diseño vanguardista y equipado con tecnología punta, que comenzará a construirse en noviembre y que acogerá una importante incubadora de empresas relacionadas con la nueva economía. El nuevo centro, impulsado por la Escuela de Ingeniería y Arquitectura La Salle de la Universidad Ramon Llull, quiere ser un foco de investigación y una palanca para el desarrollo y la transferencia de tecnología. Supondrá una inversión de 2.500 millones de pesetas.
Base de emprendedores
El edificio, en el barrio de la Bonanova, será "el símbolo emblemático del Parque de Innovación Tecnológica y Empresarial La Salle", de la Universidad Ramon Llull, declara su director, Josep Maria Piqué. El nuevo centro se sumará a la infraestructura de este parque tecnológico, que ya ahora ocupa un espacio de 12.000 metros cuadrados.La primera piedra del edificio, que tendrá siete plantas (dos de las cuales reservadas para plazas de aparcamiento), se colocará el próximo noviembre, y el horizonte para la finalización de las obras es el mes de enero del año 2002. La ubicación elegida es el terreno donde confluyen las calles de Quatre Camins y Lluçanès, por encima de la plaza de la Bonanova. Del diseño del proyecto, que rodeará de aires vanguardistas la tecnología punta que predica la Escuela de Ingeniería La Salle, se encargará el arquitecto Robert Terrades, responsable, entre otras obras y junto con su hermano Esteve, del diseño del Aquàrium de Barcelona.
Al coste de la edificación, que supondrá un desembolso de 1.500 millones de pesetas, hay que sumarle la inversión necesaria para su explotación, además de la creación de un fondo de capital riesgo para las empresas que acogerá el centro, cuya dotación será de una cantidad entre 500 y 1.000 millones de pesetas. A esta bolsa de capital contribuirán también las empresas que mantienen lazos más estrechos de colaboración con la escuela. La Salle tiene vinculación en diversos grados con un millar de compañías, pero está en proceso de creación de una red de empresas patronas que, en última instancia, apuntalarán sus proyectos y le permitirán reforzar los puentes entre el mundo académico y las necesidades empresariales, en permanente evolución.
El punto neurálgico del centro se concentrará en la planta que acogerá a las empresas que quieran desarrollar en ella sus actividades y proyectos tecnológicos. Se han identificado unas 100 empresas interesadas.
"Un espacio en sí mismo, por bien equipado que esté, no significa nada. Lo difícil de conseguir es el factor humano", señala Piqué. Aparte de las empresas tecnológicas ajenas a la escuela que puedan instalarse en el edificio, la base de 3.000 alumnos y 3.000 ex alumnos de La Salle que han saltado al mundo empresarial desde finales de los años sesenta es un mercado claro para este trampolín empresarial."Barcelona Activa ofrece un buen servicio, pero la base de los proyectos es abierta. Nosotros, sin querer ser exclusivistas, no queremos caer ni en que una idea fantástica la desarrolle un equipo mediocre ni en que una idea mediocre la desarrolle un equipo fantástico. En ninguno de ambos casos salen bien las cosas. Nosotros apostamos por que quien desarrolle un buen plan de negocio sea gente con formación de empresa y con determinadas actitudes y aptitudes", enfatiza Piqué. Además del apoyo en financiación que se facilitará a través del mencionado fondo de capital riesgo, la escuela proporcionará un servicio de tutoría y consultoría a los emprendedores.
Las empresas que se instalen en el centro tendrán acceso permanente a la capacidad investigadora de la universidad, además de a su laboratorio y a espacios preparados para el entrenamiento y las demostraciones.
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