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Pujol ningunea a Maragall y le acusa de buscar sólo poder personal

Jordi Pujol no tiene ninguna prisa por reunirse con Pasqual Maragall, ni siquiera existe un asunto de tal magnitud que requiera una entrevista entre ambos dirigentes. Diez meses después de las elecciones autonómicas, el presidente de la Generalitat se niega a reunirse a solas con el jefe de la oposición y ayer, desde Santiago de Chile, reiteró su firme intención de no hacerlo.Habrá próximamente algún contacto, pero será con todos los líderes de las fuerzas políticas parlamentarias; eso sí, por separado. Así lo indicó ayer en Santiago de Chile, donde se encuentra en un viaje oficial. El presidente catalán no quedó satisfecho con ningunear a su más directo contrincante político: también le acusó indirectamente de estar más preocupado por incrementar su poder personal que por defender los intereses de Cataluña.

Parece que la lejanía de Cataluña acentúa en Pujol su inquina hacia los partidos de la oposición y especialmente hacia los socialistas catalanes. Ya lo hizo el pasado mes de julio durante su viaje a Shanghai y ayer, desde la capital chilena, volvió a lanzar una andanada contra Pasqual Maragall por su propuesta de pacto autonómico y por solicitar una entrevista entre ambos para tratar asuntos políticos catalanes.

¿Existe alguna razón para un encuentro con el jefe de la oposición catalana? A juicio de Pujol, ninguna, porque en su opinión no ha habido en estos 10 meses un tema lo "suficientemente dramático" que lo justificara. Al contrario, el líder de Convergència i Unió cree que la mayoría de los partidos políticos, incluido el PSC, antes del verano todavía no habían definido sus planteamientos políticos ya que se encontraban inmersos en procesos congresuales o asamblearios, y eso habría dificultado cualquier diálogo o pacto.

Maragall afirma que el Gobierno de Pujol no tiene proyecto y que Cataluña pierde autoestima

Pujol volvió a reiterar su oferta de diálogo con las formaciones parlamentarias, sobre todo en asuntos como el incremento del autogobierno o el nuevo sistema de financiación, y anunció que piensa reunirse con todos los líderes catalanes en las próximas semanas, un deseo que viene expresando desde principios del pasado mes de mayo.Sin embargo, el presidente no se contentó solamente con este anuncio, sino que fue acalorándose en su respuesta, acentuando sus críticas contra Pasqual Maragall. Pujol afirmó sentirse "sorprendido" porque Maragall no incluyó la financiación autonómica en los cinco puntos de su pacto autonómico, propuesto a principios de agosto en una conferencia en S'Agaró. Lo cual, a juicio del presidente de la Generalitat, demuestra que algunos líderes de la oposición, en clara referencia al ex alcalde de Barcelona, tan sólo piensan en incrementar su poder político y personal y no en defender los intereses de Cataluña. En este sentido señaló que ningún dirigente de la oposición se ha pronunciado sobre las propuestas de la Unión Europea sobre financiación de las televisiones públicas, que en opinión de Pujol puede perjudicar enormemente a TV-3, o sobre la defensa de las minorías nacionales en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE. "Algunas críticas de la oposición me parecen un bla, bla, bla", afirmó, "porque sobre TV-3 sólo hablan de minutajes y gestión".

Preguntado sobre si las entrevistas con los líderes políticos incluirán la búsqueda de apoyos parlamentarios para defender un nuevo sistema de financiación basado en el pacto fiscal de CiU, Jordi Pujol introdujo nuevos ataques contra Maragall y se mostró incluso escéptico. "Cuanto más apoyo tengamos mejor, pero tiene que ser un apoyo real, porque a Maragall cada vez hay que recordarle que con el Partido Popular conseguimos una mejor financiación que con el PSOE-PSC", subrayó.

Mientras al otro lado del Atlántico Pujol lanzaba esta virulenta diatriba contra Maragall, el dirigente socialista publicaba en Diari de Girona un artículo en el que abundaba en su tesis de que Pujol ya no tiene nada que aportar. Que el ejecutivo que preside carece de proyecto y de estrategia, y por eso "vuelve y vuelve a los amores iniciales" como la normalización lingüística o el "nacionalismo decepcionado de la Declaración de Barcelona". Maragall afirma que "ya nadie espera nada de tres años de peleas internas dentro de la coalición gobernante" ni de "disquisiciones sobre la fecha de las elecciones".

El dirigente socialista añade: "los catalanes hemos perdido autoestima y vamos desorientados" y lamenta que algunos desesperen "quizá antes de hora" de que Cataluña pueda llegar a retomar "el rol de vanguardia que tuvo durante la transición". Maragall cree que el gobierno debe servir para "orientar" y para "dotar al país de autoridad", a base de "autoridad moral, capacidad para crear complicidades virtuosas e ilusiones compartidas", algo de lo que carece el Gobierno de Pujol. Con todo, añade que "un país puede cambiar a pesar de su Gobierno" y que eso es lo que está ocurriendo en Cataluña.

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