La oferta del 'lehendakari'
El infierno de la violencia
El documento que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, hizo llegar en julio pasado a todas las fuerzas políticas para tratar de lograr la paz y el sosiego definitivo en la sociedad vasca llevaba por título "Una propuesta inicial de acuerdos básicos para la construcción de un Proceso de Paz y de Normalización Política".Entre sus objetivos, Ibarretxe destaca "el compromiso con la defensa de los derechos humanos de todas las personas, con el derecho a la vida y [la] renuncia expresa a la violencia como instrumento de acción política, y como condición previa y necesaria para abordar un proceso de normalización".
Junto a este compromiso inicial, Ibarretxe pide "el reconocimiento y aceptación de la pluralidad de la sociedad vasca", que matiza a continuación con la idea de que "un proyecto de convivencia para el conjunto de la sociedad vasca sólo puede construirse (...) desde la tolerancia mutua con todos los proyectos y desde el compromiso inequívoco con las reglas del juego democrático para aceptar lo que la propia sociedad vasca decida en cada momento".
La constatación de la existencia de distintas sensibilidades en el nivel de autogobierno hace preciso, en palabras del lehendakari, "abordar un proceso de diálogo que permita, en su caso, ampliar los consensos actuales (...), para evitar tanto la fractura social como la exclusión por razones ideológicas de un determinado sector de la sociedad vasca". Ibarretxe menciona también la necesidad de "impulsar gestos de humanización del conflicto" y alude a los "acuerdos y compromisos en materia de política penitenciaria".
Además de estos objetivos, que el lehendakari engloba bajo el epígrafe "guión-borrador" de los acuerdos básicos, el documento recoge un análisis sobre la nueva situación en la que se encuentra la sociedad vasca tras el fin de la tregua terrorista. Los vascos se enfrentan de nuevo, según el texto, a un "un escenario de violencia". Ibarretxe indica que "todos, en mayor o menor medida, debemos hacer una reflexión serena porque nuestra incomunicación y nuestros posicionamientos, a veces inflexibles frente a los demás, han generado una situación de crispación y enfrentamiento político que no ha contribuido en absoluto a generar el clima de serenidad y de cohesión social que una sociedad, tan plural y tan madura como la sociedad vasca, exige y necesita". El lehendakari habla finalmente de un "proceso irreversible" en la construcción de la paz. Porque, añade, "este pueblo no va a resignarse a volver al pasado y a sufrir encadenado de nuevo en la noria infernal de la violencia".
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