Gobierno y socialistas acusan a Ibarretxe de frenar el foro de diálogo

El Gobierno y el partido socialista coincidieron ayer en calificar de "marcha atrás" la intervención del lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien se negó a excluir de entrada a Euskal Herritarrok (EH) de su oferta de diálogo para constituir una mesa de partidos vascos. Ibarretxe asumió, como uno de los requisitos indispensables para participar en este nuevo foro, además del respeto a los derechos humanos y el rechazo a la violencia, la aceptación de lo que la sociedad vasca decida mayoritariamente "en cada momento".

La comparecencia de Ibarretxe decepcionó a los partidos no nacionalistas, que habían recibido con satisfacción el anuncio del portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, de que EH quedaría excluida del nuevo foro mientras no condene la violencia. El lehendakari afirmó que su propósito es incluir al mayor número posible de fuerzas políticas, sin excluir por principio a ninguna, aunque matizó que la hipotética incorporación de EH es una "previsión de futuro", ya que actualmente no cumple el requisito de respeto a los derechos humanos. En cambio, la exigencia de respetar lo que los vascos decidan en cada momento -una forma de referirse al llamado ámbito vasco de decisión o al derecho de autodeterminación- puede dejar fuera a socialistas y populares. "Estamos donde estábamos antes de la brutal campaña de atentados de este verano", señalaban ayer fuentes de La Moncloa. El lehendakari ha "frustrado las expectativas que se habían abierto de recomponer la unidad de los demócratas frente al terrorismo", se lamentaba el líder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros. Sin citarlos, Ibarretxe no disimuló ayer su enfado con el PP y con el portavoz de su partido, Josu Jon Imaz, y reclamó a los responsables políticos que dejen de debatir en público y, en vez de enfrascarse en polémicas públicas, acudan a hablar con él.