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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

El Gobierno y el PSOE acusan a Ibarretxe de frenar el anunciado foro de partidos

La propuesta del portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Jon Imaz, de constituir un nuevo foro de partidos por la paz, sin HB y con el rechazo al terrorismo como único requisito, sufrió ayer un parón tras la intervención del lehendakari, Juan José Ibarretxe. El Gobierno y el PSOE concidieron en calificar de "marcha atrás" su negativa a excluir expresamente a nadie y su condición de que se acepte lo que la sociedad vasca decida. Este retroceso no supone, sin embargo, enterrar el proceso, según el líder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros.

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La oferta del 'lehendakari'

La comparecencia, ayer, de Juan José Ibarretxe en la plaza de toros de Bilbao para abordar su oferta de diálogo había generado una expectación inusual por la lucha existente en el seno del PNV entre los que quieren abandonar definitivamente el Pacto de Lizarra y los que se resisten a ello. El Gobierno y el PSOE estaban ansiosos por conocer si ratificaba la postura expresada por el portavoz de su propio Gabinete, Josu Jon Imaz, o la de Joseba Egibar, el del PNV, contraria a ella.Imaz dijo el pasado domingo que es posible articular un foro de partidos sin Herri Batasuna y su marca electoral, Euskal Herritarrok, al menos en una primera fase, y sólo exigía para participar en él la condena del terrorismo. Era el entierro definitivo de Lizarra y la aproximación al espíritu del antiguo Pacto de Ajuria Enea, entendieron tanto el ministro del Interior, Jaime Mayor, como el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera.

El martes, sin embargo, Egibar desautorizó a Imaz al introducir una segunda condición para poder intervenir en esa nueva mesa, el reconocimiento del denominado ámbito vasco de decisión, así como al descartar de antemano la marginación de HB. Egibar, que también se ha enfrentado estos días al portavoz parlamentario de su formación, Iñaki Anasagasti, que sostiene que Lizarra está muerto y hay que enterrarlo, volvía, pues, a las tesis del PNV.

El mismo discurso

Así, cuando el lehendakari tomó la palabra, minutos antes de la tradicional comida de autoridades con motivo de las fiestas de Bilbao, se esperaba de él un posicionamiento claro respecto a HB. Pero, finalmente, aun intentando refugiarse en la ambigüedad, Ibarretxe no hizo guiños como Imaz a los populares y a los socialistas, sino que optó por la posición de Egibar, según interpretaron el Gobierno y el PSOE.Lejos de asegurar que había novedades en su discurso, Ibarretxe comenzó advirtiendo de que lleva diciendo lo mismo desde que el 1 de julio remitió a los partidos, "a todos", el borrador de su propuesta para el diálogo.

Un texto que, según insistió ayer, tiene como objetivo integrar a todas las formaciones porque la experiencia del aislamiento a HB, es decir Ajuria Enea, no condujo a la paz.

La base de esa oferta, reiteró, es que "todos" los partidos tienen que asumir que la paz "sólo se conseguirá" si se aceptan y respetan los derechos humanos y la voluntad que manifieste en cada momento la sociedad vasca. "Cada uno", explicó, "tiene que situarse en relación con esos principios, pero ninguna iniciativa del lehendakari pretenderá nunca exluir a nadie, porque estoy convencido de que sólo las iniciativas que pretenden integrar pueden tener futuro y lograr el objetivo".

"A mí me gustaría que nadie se autoexcluyera", añadió Ibarretxe. Sin embargo, como él mismo reconoció al hablar de "la previsión de futuro", HB no participaría en ese hipotético nuevo foro porque la primera condición, el respeto a los derechos humanos, no es asumible por la coalición independentista en este momento. Pero también es cierto que la segunda, el respeto al ámbito vasco de decisión, también deja fuera al PP.

Consciente precisamente de este último problema, Ibarretxe hizo un llamamiento explícito a los populares para pedirles "que admitan que el diálogo es la única vía para la solución de los problemas, se incorporen al proceso con los demás partidos" y rompan la incomunicación con él mismo. Precisamente, el PP había anunciado tras la declaración de Imaz que le levantaba el veto, lo que ahora está en entredicho.

Con todo, Ibarretxe, sin citarlos, también mostró su enfado hacia el PP y hacia su propio partido, el PNV, por debatir en público acerca de la cuestión vasca. "De lo que se trata aquí", enfatizó, "es de integrar, no de excluir. Desde ese punto de vista, es absolutamente necesario solicitar de todos los partidos un diálogo con discreción, porque hay que hacer mucha cocina, hay que trabajar mucho las cosas".

Él mismo quiso predicar con el ejemplo al concluir: "No voy a debatir sobre cómo conseguir la paz a través de los medios de comunicación y quiero trasladar ese mismo mensaje a los partidos para que dejemos de debatir en público. No vamos a solucionar esto en los periódicos".

En definitiva, Ibarretxe decepcionó al PSOE, que ha apostado fuerte por tender puentes entre él y el Gobierno, y permitió que La Moncloa ratificase sus tesis sobre él al ver confirmados sus temores a que se plegase de nuevo a Egibar, al sector duro del PNV.

"Estamos donde estábamos"

"Estamos donde estábamos antes de la brutal campaña de ETA de este verano", dijeron fuentes de La Moncloa y el portavoz parlamentario de los socialistas vascos, Rodolfo Ares. Ciertamente, desde que la propuesta, que ayer reverdeció el lehendakari fue remitida a las formaciones, ETA ha cometido 14 atentados, diez en julio y cuatro en agosto, en los que seis personas han sido asesinadas.En cualquier caso, las expectativas del Gobierno y del PSOE, tras la "marcha atrás" del lehendakari, son distintas. Aznar y sus ministros están convencidos de que la dirección del PNV controla a Ibarretxe absolutamente y que no habrá cambios en su posición hasta que el partido que preside Xabier Arzalluz no sea batido en las urnas: "Sólo la derrota, los votos contrarios de los ciudadanos, obligará al PNV a reflexionar seriamente sobre su futuro y a abandonar Lizarra. Mientras tanto, no lo hará".

En este sentido, La Moncloa no quiso pronunciarse sobre la participación del PP vasco en la nueva ronda que ha anunciado el lehendakari, aunque, a la vista de su actitud, ayer lo contemplaba como "difícil". Lo que sí mantiene el Gobierno es la convocada por el ministro del Interior, Jaime Mayor, para la próxima semana sobre la lucha antiterrorista y comprometida con el PSOE.

En cambio, los socialistas, aunque están "profundamente decepcionados" por la intervención de Ibarretxe "al frustrar las expectativas que se habían abierto estos días de recomponer la unidad de los demócratas contra el terrorismo", seguirán apostando por "abrir nuevas oportunidades de diálogo", según su líder vasco, Nicolás Redondo Terreros.

En contraste con el Gobierno, Redondo Terreros cree que hay posibilidades de que el PNV varíe su postura, de que pase desde Lizarra a un posicionamiento más nítido en favor de las tesis similares a las de Ajuria Enea. "Lo de ayer fue un parón. Habrá otros como éste porque el cambio de rumbo en el PNV va a ser lento. Pero no damos por perdida la batalla de recuperar la unidad de los partidos democráticos contra el terrorismo", dijo Redondo Terreros.

El líder de los socialistas vascos adelantó que seguirá hablando con el lehendakari y que acudirá a todas sus convocatorias. "Es necesaria mucha cocina antes de llegar a una mesa unitaria de partidos democráticos", concluyó.

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