El innovador legado de Blas Infante
El legado de Blas Infante es el más innovador en la política española en los inicios del siglo XX. Infante escribió y presentó el Ideal Andaluz el 23 de marzo de 1914 ante el Ateneo de Sevilla cuando contaba con 28 años. Este documento político era un gran conjunto de ideas y palabras soñadas, sentidas y pensadas para fortalecer y mejorar a Andalucía y a su pueblo.Este gran documento se resume con un texto del propio Blas Infante que dice: "Creed que Andalucía puede redimirse, que se redimirá aunque levantarla de su postración sea obra de titanes. Quien no tenga fe, puede adquirirla con sólo pensar en su necesidad absoluta. Ella resume el número y la fuerza. Es la piqueta irresistible que abre el camino del Ideal".
En el Ideal Andaluz ya propugna el final de la ordenación artificial del territorio por provincias para pasar a la distribución por comarcas y mancomunidades como entes naturales del desarrollo de las sociedades. El otro gran mensaje del ideólogo andalucista fue que el fortalecimiento de la sociedad andaluza sólo se conseguiría mediante la unidad de todas las mentalidades localistas en una gran conciencia andaluza. Erradicar la lucha fratricida entre municipios y ciudades vecinas en pos de proyectos comunes que levantarán al Pueblo Andaluz de su negativo devenir en los últimos siglos.
En fin, Infante puso la piedra angular y las ideas claves para el desarrollo integral de la nación andaluza. Todavía no se han atendido por parte de los partidos centralistas aquellos principios de un legado inmejorable e innovador, ni tampoco se ha llegado al autogobierno pleno de Andalucía.
El presente político
En cuanto al trabajo presente de las fuerzas políticas andaluzas es necesario admitir un acercamiento a los símbolos y señas de identidad creados por Blas Infante por el PSOE, PP e IU, pero, a su vez, es destacable la escasa aplicación en el reforzamiento de la voluntad y conciencia política del pueblo andaluz para su cohesión. No son constructivas las pugnas localistas catetas y estériles que impide la unidad de los andaluces para que nuestra nación salga definitivamente del letargo en el que se encuentra.Es evidente que hay una importante evolución en nuestra sociedad, en nuestras ciudades y pueblos, en nuestra tierra. Pero es a todas luces insuficientes si repasamos listados estadísticos de desempleo, demandas de servicios básicos como sanidad, educación, justicia e infraestructuras... La evolución y el desarrollo de Andalucía es lenta y costosa, porque siempre el poder político andaluz ha estado preso de las decisiones políticas del Estado. Hemos recorrido un camino con demasiadas paradas por lo que hemos perdido posiciones dentro del marco europeo y español. La idiosincrasia andaluza está caracterizada por la originalidad, mientras al cuerpo político que nos ha dirigido en estos últimos 20 años ha carecido de brillantez en planteamientos políticos propios. La clase política andaluza ha seguido la corriente de los conceptos políticos creados en otras sociedades sin adaptarlos ni matizarlos para nuestra sociedad.
Son innegables los beneficio de este periodo democrático, de este periodo de fortalecimientos de un modelo económico y de una política de descentralización autonómica. Pero también es innegable que desde políticas centralistas, marcadas por el PSOE antes y el PP ahora, se ha perjudicado a Andalucía para beneficiar a otras nacionalidades más críticas con el Estado. Y eso ha sido posible por el silencio pasivo de los sucesivos gobiernos andaluces.
Está claro que el sistema autonómico actual está agotado, porque los nacionalismos más reivindicativos cercan constantemente la libertad de decisión del Gobierno central. Por tanto, es ahora el momento en el que PP y PSOE, los dos grandes partidos estatales, redacten un nuevo modelo de Estado que sea armónico, ecuánime, proporcional y simétrico sin diferencias políticas, sin prebendas y sin cambalaches para nadie.
Las mujeres y hombres de Andalucía aspiramos a ser una nación líder en la futura Europa. El Estado español se difumina cada vez más por la delegación de soberanía a la Unión Europea. Por tanto, será nuestro Gobierno central quien tendrá que crear un nuevo modelo de Estado-Nación válido para que Andalucía y todas las autonomías se refuercen en el marco europeo.
La realidad económica de las familias andaluzas
El último dato sobre riqueza familiar, según el Instituto Nacional de Estadística, coloca a Andalucía en penúltima posición de España con sólo 71 puntos, quedando a 29 puntos de la media y a 64,8 puntos de la primera autonomía en riqueza familiar que es Madrid, que suma 135,8 puntos. Esto quiere decir que Andalucía no ha conseguido llegar a la media española aún teniendo un crecimiento sostenido en producto interior bruto (PIB) de los últimos años.Mal presagio es que el fortalecimiento económico de las familias andaluzas no se afiance ni en etapas de bonanza económica. Por lo que se demuestra que mantenemos un débil sistema industrial y sociolaboral que conlleva sueldos bajos e ingresos insuficientes para asentar la riqueza familiar o renta per cápita. Por tanto, debemos fomentar unas políticas productivas más pragmáticas y más cercanas a la realidad para que Andalucía, que de hecho representa el 20% del sueldo del Estado y el 19% de la población española, supere su actual producto interior bruto y que pase del 13,24% al 25% del PIB estatal. Porque nuestro objetivo, al igual que el fin de Blas Infante, era conseguir una nación andaluza fuerte y emergente dentro de la Europa de los Pueblos. Para ello deberemos reducir al mínimo las pugnas localistas y generar una conciencia de unidad andaluza.
No quiero concluir esta reflexión -en voz alta- en este 64 homenaje a Blas Infante sin manifestar que Andalucía hoy necesita más que nunca la voluntad de todos los andaluces y andaluzas para unir inquebrantablemente nuestra voluntad y conciencia de buen andaluz, por encima de ideologías, para plantear la necesidad de que Andalucía -nuestra tierra y hogar común- debe ser reconocida en las instituciones del Estado como la comunidad autónoma más importante por sus características demográficas, geográficas y políticas. Este 11 de agosto debe ser útil y servir siempre para reivindicar la posición de Andalucía en España, Europa y la Humanidad.
Antonio Moreno Olmedo es fundador y líder de Nuevo Andalucismo.
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