Extensas manchas de alquitrán contaminan 40 kilómetros de las costas de Málaga y Cádiz

Cuarenta kilómetros de playas desde Estepona (Málaga) hasta La Línea de la Concepción (Cádiz) han quedado contaminados por una misteriosa oleada de manchas de alquitrán. Aunque el Centro de Salvamento Marítimo negó que se trate de una marea negra y atribuyó las manchas a antiguos restos de combustible removidos por un temporal, la Guardia Civil sospecha que proceden de un buque que sufrió una fuga o de la limpieza de sus depósitos en alta mar. Los ayuntamientos han mostrado su preocupación por este vertido que les alcanza en plena temporada turística.

Refinería de San Roque

El sentido lineal de la mancha da fuerza a la idea de que el vertido tiene su origen en algún buque en movimiento con una rotura en su casco. Ahora bien, el fuerte viento de levante (de este a oeste) que reina en la zona también podría explicar la dispersión de una mancha única, como sería la procedente de la limpieza de un barco, en varias decenas de kilómetros.Las primeras manchas de crudo aparecieron sobre las cuatro de la tarde del martes en las playas de Casares y Manilva, localidades turísticas próximas a Estepona. Dieciséis horas después, el miércoles por la mañana, el vertido llegaba a las costas de La Línea. Según el Centro de Coordinación de Emergencias de Cádiz (CECEM), en todas las playas gaditanas afectadas por el alquitrán se izó la bandera roja y se prohibió el baño. En la costa malagueña, sin embargo, a pesar de ser escaso el número de bañistas, no existía ningún impedimento para entrar en el agua.

A mediodía de ayer, el CECEM desplazó dos remolcadores del Centro Zonal de Salvamento Marítimo de Tarifa para comenzar la limpieza del vertido. También se tomaron durante todo el día muestras de agua para analizarlas, aunque no se hizo público resultado alguno de esos análisis.

En tierra, numerosas cuadrillas de trabajadores organizadas por los ayuntamientos limpiaron buena parte de las playas malagueñas afectadas. Sin embargo, una vez limpias, el viento de levante volvía a dejar en tierra nuevas manchas de alquitrán.

En las localidades afectadas de la Costa del Sol malagueña reinaba ayer el desconcierto. La alcaldesa de Manilva, Antonia Muñoz, explicó que desde que ella tuvo conocimiento del vertido "nadie sabe nada y nadie ha dado la cara". Muñoz se quejaba de la repercusión que la contaminación tendrá para su localidad, eminentemente turística, en plena temporada alta. Ayer, playas que normalmente habrían estado atestadas de bañistas, apenas tenían algunas decenas de ellos tomando el sol. Hasta el momento, ninguno de los alcaldes implicados ha podido hacer ninguna valoración del daño económico causado por la oleada de manchas. La alcaldesa de Manilva consideraba que, de seguir la dirección del viento igual que en los últimos días, las playas de la zona tardarían varios días en limpiarse. Si cambiara a poniente, el alquitrán iría mar adentro.

En cualquier caso, ninguna de las localidades más turísticas de la Costa del Sol malagueña -precisamente las que se encuentran entre Estepona y Málaga-, como Fuengirola, Torremolinos o Benalmádena ha sufrido la contaminación.

Las playas afectadas presentaban ayer una franja de tres o cuatro metros repletas de algas mezcladas con el alquitrán. Éste apareció en forma de grumos de hasta 10 centímetros de diámetro y dos o tres de espesor. El Centro de Salvamento Marítimo de Tarifa restó importancia al vertido y manifestó que "no se trata de una marea negra, sino de restos de alquitrán, "que no tendrá efectos en el ecosistema marino ni supondrá ninguna tragedia".

En una nota, este centro calificó el alquitrán de "muy deteriorado, viejo y procedente de alta mar aunque de origen desconocido", probablemente de hace tres meses. También indicaba que "los restos no pueden ser tratados desde la mar debido a sus características, estado avanzado de envejecimiento y situación extremadamente próxima a la línea de costa". Varios helicópteros de este servicio, así como de la Guardia Civil, sobrevolaban la línea de costa para comprobar el estado de la mancha. Tras esos vuelos, el centro de Tarifa indicó que no se apreciaba contaminación en cinco kilómetros mar adentro de las aguas costeras.

Portavoces de la refinería de Cepsa en San Roque (Cádiz) descartaron cualquier fuga procedente de sus instalaciones. Según esos portavoces, los dos últimos barcos que habían operado en sus pantalanes habían llegado en la madrugada del lunes y, tras descargar sin incidente alguno, 95.000 y 65.000 toneladas de petróleo habían abandonado sus instalaciones en la mañana de ayer miércoles.Antonio Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción en la provincia de Cádiz, consideró esta mancha como "la mayor catástrofe ecológica de los últimos tiempos en la zona". Muñoz insistió en que muchos peces podrían morir. Ecologistas en Acción anunció que presentará denuncia por este vertido ante los ministerios de Medio Ambiente y Fomento. Ante la posibilidad de que el alquitrán proceda de una limpieza en alta mar, Inmaculada Gálvez, de Los Verdes, comentó que muchos barcos limpian con frecuencia fuera de puerto"para pagar menos". Gálvez se lamentó de que este hecho ocurriera en plena temporada turística.