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Un tribunal investiga al presidente polaco por su pasado comunista

El popular presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, favorito para lograr la reelección en las elecciones del 8 de octubre, compareció ayer ante el Tribunal de Verificación en Varsovia para negar cualquier vinculación pasada con las fuerzas de seguridad del régimen comunista. De ser encontrado culpable, Kwasniewski no podrá ser candidato, pues una ley aprobada por el Parlamento impide aspirar a cargos públicos a los colaboradores de la policía política.

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Este tribunal especial dispone de la capacidad legal de inhabilitar hasta 10 años para cualquier cargo público a los culpables de colaborar con el extinto régimen comunista polaco. El veredicto sobre el presidente polaco podría anunciarse en las próximas horas, aunque debido a la inusitada expectación creada, todo apunta a un retraso de varios días.Ayer, los abogados de Kwasniewski, un ex comunista reformador con una enorme popularidad, presentaron los testimonios de varios antiguos miembros del aparato de seguridad comunista, quienes declararon no tener datos de que Kwasniewski fuera un informador.

Kwasniewski apareció ante este tribunal visiblemente nervioso, pues en la vista se juega todo su futuro político. A la salida se negó a realizar declaraciones a los numerosos periodistas que le aguardaban. Su entorno asegura que detrás de esta acusación se encuentra la derecha, que pretende evitar su candidatura, única forma de tener posibilidades de victoria en octubre. El presidente ha señalado a su principal rival, el líder del sindicato Solidaridad, Marian Krzaklewski, de ser la responsable intelectual de la campaña de desprestigio.

Solo existe, al parecer, un documento que vincula al presidente polaco con los servicios secretos comunistas. En 1980, Kwasniewski era un periodista que más tarde logró el puesto de ministro de Deportes en el último Gobierno comunista. Según el documento, Kwasniewski fue un informador con el nombre clave de Alek.

"Aleksander Kwasniewski no cooperó con los servicios secretos y no es Alek", aseguró ayer Krzyszof Majchrowski, antiguo ministro de Interior en una declaración por escrito presentada ayer como prueba por la defensa ante tribunal de verificación.

Muchos analistas polacos se muestran preocupados por el cariz de los acontecimientos generada por la nueva ley, pues podrían afectar a los esfuerzos del Gobierno por lograr la entrada del país en la Unión Europea.

Lech Walesa, antiguo líder de Solidaridad y ex presidente polaco, se encuentra también entre las víctimas potenciales de dicha ley, pues existen informaciones (él las niega con rotundidad) que le vinculan con los servicios secretos del régimen comunista.

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