Barcelona recibe un 25% más de visitantes extranjeros, pero pierde turistas españoles
Barcelona perdió casi un tercio del turismo nacional en mayo y junio de este año en comparación con el mismo periodo de 1999, según las cifras proporcionadas ayer por el concejal de Turismo del Ayuntamiento, Jordi Portabella. El descenso del 27% de turistas procedentes del resto de España (121.737 menos) fue ampliamente compensado con un aumento del 25% de los visitantes extranjeros (220.426 más). Los viajeros extranjeros triplican con creces a los nacionales.
Ciudad equilibrada
El edil y vicepresidente de Turismo de Barcelona calificó el primer semestre de 2000 como "el mejor en la historia del turismo de la ciudad", ya que en ese periodo se han alcanzado 1,6 millones de visitas (el 2,6% más que en la primera mitad del año anterior). Portabella, que auguró que éste será también el mejor año, ya que se esperan 3,2 millones de turistas, atribuyó el aumento de las visitas extranjeras al buen momento que atraviesan los viajes en crucero, pero se mostró incapaz de explicar las razones del fuerte descenso del turismo español. En mayo y junio se contabilizaron más de 1,1 millones de visitantes de fuera de España, mientras que la presencia nacional se redujo a 331.000 personas. Entre los extranjeros, cada vez abundan más los norteamericanos, japoneses, alemanes y latinoamericanos.Las cifras de estos meses indican que el número de pernoctaciones se incrementó un 7,3% respecto al mismo periodo de 1999. El número de noches que los viajeros permanecen en la ciudad creció también un 7,2% (2,48 noches este año, frente a 2,31 el pasado). Así, la ocupación de habitaciones ascendió en mayo y junio al 92,8% (un 4,7% más que el año pasado), aunque el número de turistas permaneció intacto. "Estos datos indican que el turismo que ofrecemos es de calidad y que no es cierto que los hoteles de Barcelona sean caros, porque si no, los turistas no volverían", afirmó Jordi Portabella. Si en 1999 el número de pernoctaciones ascendió a 7,5 millones, Turismo confía este año en rozar los ocho millones.
A juicio de Portabella, el turismo barcelonés "no ha alcanzado un tope". Para absorber el crecimiento constante de los últimos años, el Ayuntamiento trabaja en un programa de incremento "sostenido y sostenible" de las plazas hoteleras, que este año ya se han incrementado en 600. El objetivo es llegar a las 6.000 nuevas plazas en cuatro años. La Sagrada Familia y el Poble Espanyol siguen siendo, con un 17,5% más de visitas, los lugares de mayor interés para los visitantes. El concejal de Turismo aseguró que "Barcelona no apuesta por ser una ciudad turística, sino una ciudad equilibrada". "El modelo de ciudad pasa por sumar todos los sectores de ésta. No hay que primar el sector turístico para contrarrestar otros, sino que se ha de mantener un equilibrio", afirmó.
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