Chávez busca apoyos para controlar los dos tercios del Parlamento
Venezuela ha quedado a merced de la confrontación entre una oposición dispersa y sin liderazgo claro y un bloque gubernamental conducido por el presidente reelecto, Hugo Chávez, que apenas tendrá problemas para aprobar leyes y presupuestos, y, si lo considera necesario, poderes que le permitan actuar por decreto. Concluida la transitoriedad de su primer mandato, con 18 meses de riñas y una nueva Constitución, el país afronta ahora su desarrollo legislativo, cambios económicos y sociales y el reto de la gobernabilidad.
Los datos avalan esta teoría: el 60% de los cargos de representación popular obedecerá a Chávez, y el 40%, a una oposición obligada a la coalición para ser tenida en cuenta. La mayoría de los analistas coinciden en que uno de los primeros objetivos del Ejecutivo, que cuenta con 97 de los 165 escaños de la unicameral Asamblea Nacional (Congreso) después de ganar las elecciones legislativas y presidenciales del domingo, será dividir a una oposición variopinta, que se reparte el resto de los diputados. La meta es conseguir los dos tercios, 110 de los 165 diputados, para aprobar las leyes orgánicas, y eventualmente, las que conceden poderes especiales. Además de siete formaciones menores, la coalición gubernamental Polo Patriótico está integrada por el Movimiento Quinta República (MVR), fundado por Chávez, con 91 diputados, según el escrutinio final, y el Movimiento al Socialismo (MAS), una suerte de comodín de los últimos gobiernos, que aporta seis más.
El MAS, que participó en el Gabinete del democristiano Rafael Caldera (1994-1999), no es un ultra de la revolución bolivariana, aunque ha dado pruebas sobradas de sentirse cómodo con Chávez, defendió sus principales postulados en todos los foros y probablemente tendrá ministros en su próximo Gobierno.
Es previsible que los tres indígenas que han sido elegidos diputados, gracias a la Constitución aprobada el 15 de diciembre del pasado año, sumen sus votos al oficialismo. También es factible el entendimiento con el Movimiento Primero Justicia (MPJ), con cinco diputados. Su figura más conocida, el ex presidente de Congreso abolido el pasado año, Enrique Capriles, es un joven de perfil democristiano ducho en nadar y guardar la ropa.
No obstante, con su actual mayoría de tres quintas partes, Chávez podrá aprobar leyes, enmiendas constitucionales, decretos y créditos adicionales, e impedir un eventual voto de censura contra su vicepresidente, cargo incorporado al sistema político venezolano.
El oficialismo, que obtuvo 13 de los 23 gobiernos estatales, dispone de amplio margen de maniobra para designar a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, fiscal general, titular del Tribunal de Cuentas. Al presidente que ganó dividendo al país entre ricos y pobres, peleándose con periodistas, Iglesia y empresarios, y se fundió en un abrazo político con Fidel Castro, "no le costará conseguir varios diputados que por razones de conveniencia personal busquen justificaciones para saltar la talanquera. Dirán que el país debe superar el impasse constitucional; se sacrificarán", anticipa el analista Fausto Masó. "Chávez ganó, pero no obtendrá la paz. Las elecciones no serán un bálsamo. La crisis continúa. Así son las revoluciones, y también las seudorrevoluciones", añade.
Oposición, fragmentada
La oposición, que convoca al optimismo, deberá negociar su pretendida agrupación como bloque parlamentario y designar a un portavoz. Los términos de la alianza será discutidos principalmente por Acción Democrática (AD), socialdemócrata, primera fuerza de la oposición con 33 diputados, y el derrotado candidato presidencial Francisco Arias, un teniente coronel retirado que fue compañero de Chávez en el cuartelazo del 4 de febrero de 1992 contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. El argumento de Arias en la disputa por el liderazgo de la oposición son sus 2.113.487 votos (37,96%). El presidente reelecto sumó 3.295.282 votos (59,17%), con una abstención del 43% del electorado, casi la mitad de los 11,7 millones inscritos en el padrón. Arias deberá abrirse camino a codazos entre los jefes de la fragmentada oposición porque el partido que le apoya, Causa R, sólo tiene tres diputados.El conservador Proyecto Venezuela cuenta con ocho diputados, y los partidos tradicionales obtuvieron los siguientes resultados en una Asamblea Nacional que en sus primeros seis meses aprobará la ley orgánica sobre derechos de excepción, además de otras iniciativas pendientes: AD, 33 escaños, y Copei, 5. Los dos han sido el objetivo favorito del Chávez, que los acusó de haber empobrecido Venezuela durante sus cuatro decenios de hegemonía política.
Por su parte, el politólogo Makran Huluani agrega: "A Chávez hay que darle la oportunidad de que haga lo que desea hacer, y luego se podrá juzgar". El fiscal general, Javier Elechiguerra, dijo ayer que están siendo investigadas las reclamaciones cursadas por candidatos a gobernadores o alcaldes que protestan su derrota como supuestamente fraudulenta. Según los cinco observadores de Centro de Estudios Políticos y Sociales, con sede en Valencia, las elecciones se efectuaron sin incidencias susceptibles de haber empañado su limpieza.Por otra parte, la asociación independiente Liderazgo y Visión ha pedido gobierno y oposición negociar pensando en el país, no en las ambiciones personales o de partido. "Los resultados obtenidos representan para el Movimiento Quinta República un reto por cuanto recaerá en ese movimiento la responsabilidad de saber administrar el poder obtenido".
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