Los adolescentes también sufren apnea
Un estudio sobre los trastornos respiratorios del sueño en los adolescentes demuestra que un 15% de ellos roncan habitualmente y el 2% pueden llegar a sufrir episodios de apnea, es decir, paradas respiratorias mientras duermen. Además, el 30% de los adolescentes tiene, habitualmente, más sueño del normal durante el día. Éstas son las conclusiones preliminares de un trabajo de investigación de la Unidad del Sueño del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. La edad y el sexo parecen no influir en la calidad del sueño, pero los roncadores tienden a ser algo más obesos.
Los estudios realizados sobre los trastornos respiratorios del sueño y sus consecuencias, tanto en la infancia como en la edad adulta, son frecuentes. Pero muy pocas veces se ha analizado qué ocurre con los adolescentes (de 12 a 18 años) mientras duermen. Se ignora, por ejemplo, si a partir de la observación de la respiración nocturna en estas edades pueden prevenirse ciertas patologías respiratorias relacionadas con el sueño, como las apneas.Con la idea de averiguar "lo más posible" sobre el sueño durante la etapa adolescente, Ángeles Sánchez Armengol y su equipo de la Unidad del Sueño del hospital Virgen del Rocío de Sevilla iniciaron hace tres años un programa, que concluirá dentro de dos, destinado a analizar el sueño de una muestra de 500 estudiantes pertenecientes a 60 centros escolares del entorno de Sevilla.
El estudio se propone averiguar cómo es la respiración normal de los adolescentes durante el sueño y qué alteraciones se producen con más frecuencia, y determinar si existe la posibilidad de prevenir el desarrollo de enfermedades más graves en la edad adulta.
Se sabe que a partir de los 30 años la apnea del sueño es una patología fácil de diagnosticar. Su sintomatología, básicamente, se resume en ronquidos entrecortados, pausas respiratorias nocturnas y excesiva somnolencia durante el día. Pero no siempre se diagnostica la enfermedad porque en la mayoría de los casos quien la sufre ignora que la padece.
Según los cálculos más optimistas, al menos un millón de españoles adultos padecen el síndrome de la apnea del sueño. Y hace menos de un año, una campaña conjunta de la Sociedad Española de Neumología y de la Dirección General de Tráfico destacaba que al menos el 25% de los accidentes de tráfico puede tener relación con esta enfermedad, ya que la somnolencia reduce los reflejos durante la conducción.
Francisco Capote Gil, responsable de la Unidad del Sueño del hospital Virgen del Rocío, se muestra convencido de la importancia que va a tener este estudio: "Como partimos de que estamos estudiando una población sana, cualquier anomalía que detectemos puede sernos muy útil y darnos pautas precisas para tratar de desarrollar una labor de prevención. Podemos conocer, por ejemplo, cómo pueden ser las formas más leves de enfermedad respiratoria del sueño", afirma.
El trabajo, aún inconcluso, tiene un plazo de ejecución de cinco años. De los 500 estudiantes que van a participar en la investigación (entre 30 y 40 alumnos por colegio) han sido tabulados ya, parcialmente, los resultados de 260; de éstos, los datos correspondientes a 194 estudiantes son definitivos.
Reloj retrasado
Los resultados, hasta ahora, son significativos. El equipo de Sánchez Armengol, en el que trabajan también las doctoras Soledad Cano, Carmen Carmona y María Ángeles Fuentes, ha constatado ya que un 15% de los 194 adolescentes con los que se ha concluido el estudio roncan habitualmente. Asimismo se ha observado algún tipo de parada respiratoria en un 2% de los adolescentes estudiados. Y el 30% padece hipersomnia durante el día, "la mayoría en grado leve", puntualiza Sánchez Armengol.
Y es que, como ya se sabía, el estudio muestra que los adolescentes tienen el reloj biológico un tanto "retrasado" o en "una sintonía distinta" respecto a los adultos.
"Por eso les gusta tanto trasnochar, mientras que por las mañanas no hay quien les levante", comenta Capote Gil. Eso sin contar las alteraciones de carácter. En la adolescencia, las alteraciones del carácter suelen ser "algo normal", pero el estudio ha permitido comprobar, con datos concretos, que los adolescentes que roncan presentan mayor variabilidad en el carácter.
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