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El Gobierno de Trump no supera el promedio de deportaciones de Biden en su primer mes de presidencia

El republicano expulsó a 37.000 personas, un 35% menos que la media mensual registrada en el último año del presidente demócrata

Guantanamo Bay
Migrantes venezolanos son deportados desde la Bahía de Guantánamo, el 20 de febrero de 2025.Leonardo Fernandez Viloria (REUTERS)
Luis Pablo Beauregard

La mayor deportación de la historia prometida por Donald Trump no ha llegado. Este viernes se han dado a conocer las cifras de expulsiones del primer mes en la presidencia del Gobierno republicano, que hizo de la expulsión de millones de extranjeros el centro de su campaña presidencial. Los números muestran que el ritmo de expulsiones de la nueva Administración es menor a los deportados y retornados mes a mes en el último año de Joe Biden en la Casa Blanca. El dato ha provocado molestias en el Ejecutivo de Trump, quien ha ordenado un cambio en la cúpula de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la policía de migración, para engrasar la maquinaria de deportaciones.

Unas 37.660 personas fueron deportadas en el primer mes de la segunda presidencia de Trump, de acuerdo a las cifras del Departamento de Seguridad Nacional. Los funcionarios de esta institución, a la que pertenecen tanto el ICE como la Patrulla Fronteriza, han afirmado que el número de deportaciones subirá en los próximos meses. La cifra está lejos de las 57.000 deportaciones y expulsiones que Biden registró mensualmente en su último año, en el que sufrió una gran presión por la crisis migratoria.

Tricia McLaughlin, portavoz de Seguridad Nacional, ha lanzado un velo de sospecha a las deportaciones del mandato de Biden, al calificarlas de “artificialmente altas” e implicar que estaban infladas. Los números que la dependencia da a conocer hoy representan una caída de 35% respecto al Gobierno anterior.

Las deportaciones son similares a las que Trump logró en los primeros meses de su primera presidencia, iniciada en enero de 2017. El empresario conservador tomó entonces el testigo de la era de Barack Obama, uno de los presidentes que más deportaciones ha registrado en Estados Unidos. Trump retornó a 150.000 personas (37.500 por mes) los primeros cuatro meses de su gestión apoyándose en un programa de seguridad comunitaria y bajo la promesa de extender la red de captura de extranjeros e inmigrantes, que ya ha sido reforzada con agentes del Departamento de Justicia e incluso con investigadores encargados de detectar fraudes fiscales en la agencia tributaria federal.

Trump ha hecho de las deportaciones un gran despliegue mediático. El ICE y Seguridad Nacional publican a diario fotografías de los detenidos esposados por los agentes de migración en todo el país. Estos son llevados a un centro de detención y desde ahí expulsados a otras naciones del hemisferio. Un grupo de hombres venezolanos fueron volados a la base naval de Guantánamo, en Cuba. Otros han acabado en Guatemala, El Salvador, Costa Rica o Panamá, designados terceros países seguros, sin que los migrantes devueltos sean ciudadanos de estos países y abandonados en el desamparo legal. Un buen número de deportados había iniciado trámites de asilo. El Gobierno prometió enfocarse en los criminales más peligrosos, pero muchos tenían en sus expedientes faltas no graves. Muchos ni siquiera tenían antecedentes penales.

El número de deportaciones ha provocado cambios dentro de la Administración Trump. The Wall Street Journal ha adelantado este viernes el cese de Caleb Vitello, el director en funciones del ICE. El diario asegura que pronto será anunciado el nuevo responsable del brazo encargado de encontrar, detener y procesar para ser expulsados a los migrantes. Otra parte de las deportaciones son procesadas por la CBP, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

El relevo de Vitello tendrá la obligación de expandir las operaciones del ICE, que se han visto frustradas el último mes por una serie de filtraciones que, de acuerdo al Ejecutivo, han sido detectadas al interior del Gobierno. Otro de los retos del sucesor será ampliar los centros de detención, que están rozando su máxima capacidad. Actualmente, cuentan con 41.100 migrantes en custodia, solo 400 por debajo del aforo máximo que le permite el presupuesto aprobado.

La portavoz McLaughlin afirma que Vitello, quien fue elegido personalmente por Trump por haber trabajado en su primera gestión, no abandonará la fuerza, sino que se retirará de las decisiones administrativas y se limitará a supervisar las operaciones sobre el terreno.

Stephen Miller, el estratega de Trump en políticas públicas y gran cerebro de la ofensiva contra los migrantes, ha revelado que cada una las 27 oficinas del ICE está obligada a cumplir una cuota de 75 detenciones diarias. El asesor señaló públicamente que este número es el piso y no el techo. La realidad es distinta para las autoridades federales, pues se han topado con muchos obstáculos para cumplir el objetivo de 1.500 detenidos diarios. Tom Homan, el zar de la frontera, admitió la semana pasada que detuvieron a 14.000 personas las primeras tres semanas de la Administración. Se trata de unos 667 migrantes cada día, por debajo de lo que se fijaron.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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