Figura popular

Carmen Martín Gaite perteneció al grupo de la Revista Española, la efímera pero importante publicación que alentó el gran erudito y bibliófilo Antonio Rodríguez Moñino y en cuyas páginas publicaron, entre otros, Ignacio Aldecoa, Juan Benet, Jesús Fernández-Santos, Medardo Fraile, Josefina Rodríguez y Rafael Sánchez Ferlosio, además de la propia Martín Gaite; es decir, colaboró en las páginas de esa revista "de creación y crítica" el núcleo madrileño de la llamada primero promoción del 54 y luego generación del medio siglo.En torno a la figura cenital de Ignacio Aldecoa, ha rememorado Martín Gaite la época en su hermoso libro memorial Esperando el porvenir. Homenaje a I. A. De esos años data la primera y, a mi juicio, más decisiva escritura de la autora. Escribe entonces la que para mí es su mejor obra, la novela corta El balneario, de original pesadilla kafkiana, y tres años más tarde da a conocer Entre visillos, que muestra una notable captación de la lengua coloquial a través de una sintaxis liberada de las restricciones de la lógica de la lengua más formal. Tal es el acierto fundamental de esta obra, en la que han bebido los lingüistas para explicar el funcionamiento de un nivel decisivo del idioma. Desde otro punto de vista, la novela era una expresión de la poética del neorrealismo o realismo de la misericordia.

A semejante ámbito, pero sin caer en los excesos del realismo social, responde Ritmo lento (1962), donde el análisis introspectivo funciona como medio de superación de las limitaciones del realismo social. Después vino la dedicación al ensayo de tipo histórico con obras como Macanaz, Usos amorosos del XVIII en España y Usos amorosos de la posguerra, estos dos últimos trabajos de evidente originalidad, y particularmente delicioso el segundo, mirada nostálgica y entreverada de sentimientos contrapuestos ante un tiempo de dolor pero también de vida. A partir de esta obra, que es de 1987, Martín Gaite se convirtió en una escritora popular cuyos libros alcanzaron grandes tiradas y acabó siendo reconocida como la expresión misma de la literatura femenina.

Tal grado de aceptación estuvo en la base del Premio Príncipe de Asturias, que consiguió en 1988. Novelas como Nubosidad variable, La Reina de las Nieves y Lo raro es vivir tuvieron un fuerte impacto sobre la opinión literaria, especialmente sobre el público femenino, que se reconoció en la autora y la reconoció como cabeza visible de la irrupción de las mujeres en la literatura, aunque existían otros antecedentes valiosos.