Bruselas denunciará a tabacaleras de EE UU por eludir impuestos mediante contrabando
La Comisión Europea anunció ayer que denunciará a las tabacaleras estadounidenses para exigirles el pago de los impuestos que eluden cada año por contrabando en territorio de la UE. La denuncia civil, que se presentará ante los tribunales de Estados Unidos por estar allí la sede de las empresas acusadas del fraude, pretende forzar a las tabacaleras a pagar al menos una parte del dinero que no han tributado y que se considera llega al 10% de la cuota en varios países. Las pruebas han sido reunidas en los dos últimos años por los investigadores antifraude comunitarios y las autoridades nacionales.
10% del mercado
El Colegio de Comisarios ha habilitado a su presidente, Romano Prodi, y a la comisaria de Presupuestos, Michaele Schreyer, para presentar la denuncia cuando lo consideren oportuno. Bruselas no quiso concretar ayer cuánto dinero pierde en cada ejercicio fiscal debido a las actividades de contrabando, aunque el portavoz del Ejecutivo comunitario, Luc Veron, señaló que han sido "miles de millones de euros o dólares" cada año por culpa de las tabacaleras (Reynolds, fabricante de Camel y Winston; Philip Morris, de Marlboro, y Liggett & Myers, de L&M).Otras fuentes comunitarias estiman que la Unión Europea deja de ingresar cada año más de 1.000 millones de euros (más de 166.000 millones de pesetas). "Cada contenedor de tabaco debería pagar un millón de euros en impuestos, de los que 250.000 euros (41,5 millones de pesetas) corresponden a las arcas comunitarias", señala la Comisión. La antigua oficina antifraude de la Unión, la UCLAF, estimó en un informe que el fraude por contrabando comunitario redujo en 1.100 millones de euros (unos 183.000 millones de pesetas) los ingresos en las arcas comunitarias en 1996.
En todo caso, las cifras barajadas sobre la incidencia del contrabando son confusas, cuando no contradictorias, por la dificultad para su medición. El portavoz de la Comisión afirmó que esta actividad supone en algunos países hasta el 10% de la cuota de mercado, por lo que sospecha que las marcas participan en el contrabando. Otras fuentes comunitarias estiman que en países como España, Alemania, Reino Unido y Austria, supera ese porcentaje y se acerca al 15% y que en Francia es sólo el 2%. La secretaria de Estado de Presupuesto, Elvira Rodríguez, manifestó ayer que en España se ha logrado reducir espectacularmente al cerrar la entrada por Andorra. Según sus cifras estaría en torno al 5%. La Puglia (Italia), las fronteras con Europa del Este y Gibraltar y, en menor medida, Galicia serían los principales puntos de entrada del contrabando. También el Principado de Andorra ha sido señalado con el dedo acusador porque sus cifras de producción son altísimas comparadas con su consumo interno y su exportación legal.
La intención de la Comisión Europea al amenazar con esta denuncia no es tanto probar con exactitud las cifras defraudadas como forzar a las tabacaleras a admitir el pago de un tanto alzado como compensación anual. "El objetivo es alcanzar cierto grado de compensaciones por las pérdidas de ingresos alegadas", admitió el portavoz de Bruselas. "Creemos que el contrabando de cigarrillos ha aumentado de forma espectacular en los últimos años. Cuando pones en marcha una acción de este tipo es porque consideras que tienes pruebas suficientes", subrayó.
La Comisión también parece dispuesta a basar su reclamación en acusaciones directas de contrabando, o al menos en una responsabilidad indirecta. "Este asunto se basa en nuestras sospechas de que las empresas están implicadas en el contrabando de cigarrillos en la UE", afirmó el portavoz. "Cuando toneladas de cigarrillos son importadas de forma ilegal, representando a veces el 10% del mercado local, hay que pensar que los fabricantes están implicados", sentenció.
En 1997 el Parlamento Europeo llegó a la conclusión de que el contrabando de cigarrillos es no sólo el principal fraude al presupuesto de la Unión, sino la principal amenaza contra el mercado interior.
No será la primera vez que las tabacaleras estadounidenses reciben acusaciones de contrabando. El Goiberno de Canadá denunció en diciembre de 1999 a Reynolds, a la que reclama 1.000 millones de dólares (180.000 millones de pesetas) y la acusa de haber implantado una red de contrabando con sociedades fantasma.
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