La primera fase de la espectacular operación de bombeo del fuel del 'Erika' concluye con éxito

La primera fase de la espectacular operación de recuperación del fuel hundido el 12 de diciembre, cuando el petrolero Erika naufragó frente a las costas bretonas, en Francia, se ha desarrollado con celeridad y éxito. Un portavoz ministerial confirmó que "el bombeo del crudo contenido en la parte delantera del Erika se puede dar prácticamente por terminado y el bombeo de la parte trasera podría iniciarse antes de que acabe esta semana". El rescate se ha efectuado a 120 metros de profundidad y con 18 buzos alojados en cámaras hiperbáricas y apoyados con robots submarinos.

Las previsiones iniciales de la compañía Totalfina, propietaria del combustible que transportaba el Erika, habían dado a entender que el bombeo en la parte delantera del navío podía prolongarse hasta finales del mes de julio. Nadie de la compañía ha querido precisar el total de toneladas de crudo recuperadas aunque sí se sabe que el combustible bombeado, unido al material inyectado para diluirlo, equivalía a 5.900 toneladas. Este avance de casi diez días sobre el calendario previsto -hay que sumarle al plazo los tres días en que hubo que parar las operaciones debido al mal tiempo- permitirà desplazar hacia la popa del Erika, sumergida a 120 metros de profundidad ante las costas de Finisterre, todo el material técnico necesario para emprender el rescate de los hidrocarburos retenidos en la segunda mitad del barco. Esta segunda mitad o popa se encuentra a más de 10 kilómetros del sitio donde descansa la proa.

El Erika se hundió al partirse por la mitad, tras ir agrandándose una grieta que el capitán del barco había detectado y denunciado varias semanas antes de la catástrofe. Un volumen de crudo equiparable al ahora recuperado es el que ya escapó del casco del navío y ha causado una nueva marea negra en las costas bretonas.

El 3 de julio Totalfina valoró el trabajo para recuperar el hidrocarburo sumergido en unos 12.500 millones de pesetas.