La mayor depuradora vasca acomete ya el tratamiento biológico de aguas
La mayor depuradora vasca, la planta de Galindo, en Sestao, elimina desde ayer casi toda la carga contaminante de las aguas residuales del Gran Bilbao. El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, inauguró la segunda fase del tratamiento de la depuradora, el denominado biológico, que elimina el 80% de la contaminación de los líquidos residuales, lo que ha supuesto una inversión de 8.800 millones. Galindo es la instalación clave para conseguir el total saneamiento de la ría de Bilbao.
La depuradora ubicada en Sestao, que ocupa 20 hectáreas de superficie prácticamente al lado del cauce de la Ría, es una de las tres ideadas para tratar las aguas residuales del millón de habitantes del área metropolitana de Bilbao. Las otras dos son la de Muskiz, en funcionamiento desde 1992, pero que sólo sirve a 6.700 habitantes, y la de Lamiako, en Leioa, que no entrará en servicio hasta el año 2005 y recogerá los desechos residuales de 205.500 habitantes de la Margen Derecha. De ahí la importancia de Galindo para la regeneración del Nervión, a cuyo cauce se vertían hasta hace una década sin ningún tipo de control todas las aguas residuales de la metrópoli bilbaína.El volumen de la obra acometida, con un coste de 8.831 millones, se refleja en las 1.100 galerías de hormigón habilitadas o los 370.000 metros de cable empleados. La segunda fase inaugurada ayer es una continuación de la primera, puesta en marcha en 1991 con un coste de 5.500 millones, que ha servido para dearrollar un tratamiento primario de las aguas residuales: con un método físico-químico se conseguía eliminar el 50% de su toxicidad, por lo que la otra mitad de la carga contaminante volvía a la Ría.
El nuevo sistema biológico puesto en marcha, considerado el más avanzado de España, aborda la recuperación de las aguas mediante un sistema de oxigenación en el que intervienen también unas bacterias. Los fangos resultantes se envían de nuevo al tratamiento, que en este caso consiste en secarlos para depurar de nuevo el agua que contengan, almacenar el fango último e incinerarlo en dos hornos a una temperatura cercana a los 900º centígrados.
Este tratamiento permite eliminar el 80% de la carga contaminante de las aguas, lo que contribuirá decisivamente a la recuperación biológica de la Ría. Se pone en marcha además cuando el próximo mes se completará la puesta en marcha de todos los colectores que recogen las aguas residuales de Bilbao, con lo que en ningún lugar de la capital se verterá sin control. Luego restará el saneamiento de localidades como Basauri, Galdakao o Arrigorriaga.
Matas destacó que esta obra es "una muestra del esfuerzo inversor" del Gobierno central y que, con este tipo de instalaciones, se persigue "seguir avanzando a medio plazo para que ni una sola gota de agua en España se vaya al mar o a los ríos sin depurar".
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