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Crítica:VERANOS DE LA VILLA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Danzando con las tribus

En una noche fría, más primaveral que veraniega, la música de este combo multinacional tardó un buen rato en hacer que los cuerpos se calentaran y se dispusieran al baile. Quizá fuera porque, examinando la formación de la banda facilitada, faltaban los nombres básicos, los más importantes en su historia y que han dado al grupo una personalidad y un modo de hacer que les distinguió desde los inicios de sus andaduras por los clubes londinenses del resto de los grupos de baile o world music.Por eso y por lo excesivo de los samplers utilizados en el concierto, por los que el espectador llega a preguntarse varias veces sin conocer la respuesta cuántos instrumentos que suenan hay que sumar a los que los músicos tocan en escena, la sensación inicial no fue en exceso encendida. Arrancaban, eso sí, con Mouth wedding, uno de los temas de su disco más interesante, Psychic karaoke, con lo que se supo al instante que eran ellos; o, por lo menos, sus canciones.

Transglobal Underground

Kim Whelan (teclado), Hamilton Lee (batería), Sheema Mukherjee (sitar), Doreen Webster (voz), Godfrey Ducan (voz y congas), David Hewitt (percusión) y Gurjit Shira (dhol). Patio del Cuartel de Conde Duque. 2.800 pesetas. Madrid, martes 11 de julio.

La actuación de Transglobal Underground, mezcla de mil y un mestizajes en los que las percusiones, el rap y las melodías de muchas etnias juegan los papeles fundamentales, fue incrementando in crescendo, a medida que tomaban las riendas el vocalista masculino Godfrey Duncan y la cantante surafricana Doreen Webster.

Mención especial hay que hacer a la labor de la intérprete de sitar Sheema Mukherjee, quien también contribuyó con danzas y percusiones a dotar al ambiente de más exotismo si cabe.

Entre el repertorio interpretado, resaltar la clásica Temple Head, Farip, tema donde dan rienda suelta a su vena arábiga, y la enérgica Ali Mullah. Canciones éstas que lograron que en la parte final del concierto el público se dejara llevar por la intención de la mixtura sonora creada por el grupo: la sacudida tribal de quienes, perteneciendo al entorno urbanita, sueñan por unos segundos que danzan con todas las tribus que estos viajeros musicales han ido conociendo e incorporando a su sonido.

Transglobal Underground volvieron a regalar una hermosa noche al público madrileño, que los ha disfrutado ya varias veces en su historia. Pero eso no despeja la duda planteada: ¿a qué Transglobal Underground se vio la otra noche?

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