"No invertir en transgénicos va a ser a la larga suicida para Europa"

Francisco García Olmedo, de 62 años, catedrático de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Madrid, es un firme defensor de los transgénicos. La semana pasada impartió un curso magistral sobre Plantas transgénicas y mejora genética vegetal en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.Pregunta. El Eurobarómetro señala que más de dos tercios de los europeos están en contra de los transgénicos. Pero también que un tercio no sabe qué son.

Respuesta. Es una situación desastrosa. Una parte importante del problema es la ignorancia general sobre la ciencia. Vivimos en una cultura en la que ignorar algunos hechos más o menos triviales se considera de mal tono y en cambio se tiene a gala no saber absolutamente nada sobre cómo heredan nuestros hijos nuestros caracteres o sobre cómo tenemos que alimentarnos.

Pregunta. ¿Hay algún argumento ecologista contra los transgénicos que sea sostenible?

Respuesta. En contra de los transgénicos no hay absolutamente nada demostrado. Además, se han explorado todos los posibles problemas imaginables y se ha hecho una evaluación razonable de estos problemas. Es cierto que no existe el riesgo nulo, pero nunca en la historia de la innovación científica y técnica se han tomado tantas precauciones: si se aplicaran estos criterios al resto de las cosas que consumimos habría que vaciar las tiendas. Merece la pena discutir el futuro de la industria de las semillas de forma serena y con una legislación racional.

P. ¿Qué hay que debatir?

R. Cómo se va a transferir esta tecnología a los países en desarrollo. No está previsto cómo van a beneficiar esos avances a los países que más lo necesitan. Meter miedo como arma en una lucha ideológica contra la hegemonía de Estados Unidos, la globalización y las multinacionales, por legítima que sea esa lucha, no está justificado.

P. ¿Qué consecuencias puede tener el rechazo de los transgénicos?

R. Uno de los efectos menos deseables para Europa es que va a ser el único ámbito que va a estar libre de transgénicos. No invertir en transgénicos va a ser a la larga suicida para Europa. Esta decisión y otras similares nos van a condenar a ser un lugar muy bonito para visitar, pero no para invertir.