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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

Los sindicatos de la Ertzaintza temen un "verano caliente" de lucha callejera y piden más agentes

Los representantes policiales se quejan de que las tareas de escolta a objetivos de ETA reduzcan sus efectivos

Los sindicatos de la Ertzaintza CC OO, UGT y ErNE han solicitado que se dedique un mayor número de agentes a la lucha contra la violencia callejera porque temen "un verano caliente". En opinión de la mayoría sindical de la Policía Autónoma Vasca, las labores de escolta a posibles objetivos de ETA ha reducido los efectivos de tal manera que los ertzainas se han convertido en "notarios" de los destrozos, sin capacidad de reacción. Ayer, la vivienda de Consuelo Ordóñez, hermana del dirigente del PP asesinado por ETA Gregorio Ordóñez, fue atacado con artefactos incendiarios

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Las opiniones de los portavoces del ErNE, CC.OO. y UGT, coinciden en señalar el ambiente de "preocupación" que se palpa entre los agentes de la Ertzaintza, ante lo que puede suceder este verano. "Se han destinado 390 agentes que realizaban labores de seguridad ciudadana a dar protección a posibles objetivos de ETA, y la realidad es que, sobre todo, los fines de semana, no se puede llegar a todo. Nos hemos convertido en una policía reactiva", asegura Iñaki Castro, portavoz de ErNE. En el mismo sentido apunta Roberto del Agua, responsable de Comisiones Obreras-Ertzaintza, que define el papel de los agentes como "notarios que llegamos a levantar acta" de los destrozos que han cometido los violentos.No obstante, y hasta que ese momento llegue, los sindicatos de la Ertzaintza se preguntan qué planes tiene la consejería de Javier Balza, para prevenir los esperados altercados que se producen todos los veranos, al calor de las fiestas que se celebran en todos los rincones del País Vasco. Salvatierra en Álava e Irún en Guipúzcoa, este pasado fin de semana, son los dos últimos eslabones de una cadena de incidentes que se repite año tras año.

"Ya no estamos en tregua", afirma Iñaki Castro, "pero los dispositivos contra la violencia callejera que se desmontaron no se han vuelto a activar". "No sabemos donde está una quinta parte de la plantilla, ni que funciones realiza", asegura Roberto del Agua, "por el boca a boca los ertzainas situamos a estos agentes en unidades de información, de investigación criminal, o puestos burocráticos, pero por mas que pedimos a Balza, trasparencia, nos contesta con el silencio administrativo". Desde Comisiones Obreras se pide que los cursos que no sean estrictamente necesarios, salvo los de especialización, se suspendan para dar mayor servicio en la calle, y también que se cese a los mandos que no obtienen los resultados requeridos.

"Además las ordenes no son suficientemente concretas para poder realizar una labor de prevención en los ataques de violencia callejera", afirma un portavoz de UGT. "Las formas de trabajo no han variado nada desde que se rompió la tregua. No hay agentes destinados a actuar contra la violencia callejera, se les llama a los están en otros servicios cuando ocurre algo, y eso, naturalmente lleva un tiempo. El resultado es que casi siempre llegamos tarde", añade Del Agua. La conclusión es que el problema tiene dos aristas: falta personal y hay mala organización. Los servicios de protección restan efectivos a las comisarias, y la preocupación "por la imagen", que denuncia CC.OO., hace que en la calle tampoco se vea a los efectivos antidisturbios, y con ello se pierde el efecto disuasorio.

El aumento de plantilla, una reivindicación pendiente

Mientras desde la Consejería de Interior se rechaza cualquier tipo de comentario sobre el informe publicado ayer en este periódico, en el que se aseguraba que la violencia callejera ha aumentado en los seis primeros meses de este año un 30,7% respecto al mismo periodo de 1999, los sindicatos de la Ertzaintza -ErNE, Comisiones Obreras y UGT- plantean la necesidad perentoria de una redistribución de los efectivos y un aumento de la plantilla. En este último aspecto coinciden con el consejero Javier Balza, que en la última reunión que mantuvo con el Ministro de Interior, Jaime Mayor, el pasado 7 de junio, solicitó un aumento en el número de efectivos.La respuesta a esta petición histórica del Gobierno vasco, que en varias ocasiones se ha cifrado en 500 agentes, ha sido pospuesta hasta la anunciada reunión de la Junta de Seguridad prevista para mediados de este mes, sin que se haya determinado a día de hoy la fecha concreta. Este órgano de coordinación y enlace, en el que se depositaron grandes esperanzas en el momento de su creación, ha resultado un absoluto fracaso en cuando a resultados. No se sabe si por falta de voluntad de alguna o de ambas partes no ha sido convocado desde julio de 1996, y en todos los casos en los que ha surgido la necesidad evidente de coordinación entre la Ertzaintza y las Fuerzas de Seguridad del Estado, se han alegado "dificultades" en la elaboración de "la agenda de trabajo" para posponer indefinidamente la convocatoria.

Cuando por fin la Junta de Seguridad se reúna, la sesión se prevé maratoniana ya que tendrá que abordar temas de vital importancia, algunos de los cuales llevan años en cartera. Entre ellos, la creación de una comisión que analice de forma inmediata la información sobre ETA de la que disponen todos los cuerpos policiales en cada momento. Una exigencia surgida al calor de la polémica por el presunto ocultamiento de datos previo al atentado contra Fernando Buesa.

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