"Los curas brasileños seguirán dando condones"

Nafis Sadik (Jaunpur, Pakistán, 1929), ginecóloga, es directora ejecutiva del Fondo de Población de Naciones Unidas (FNUAP) desde 1987. Fue secretaria general de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo en 1994. Ha visitado Madrid recientemente, invitada por la Escuela de Salud del Ministerio de Sanidad, y ha participado en el Seminario Internacional sobre la Salud de las Mujeres y la Cooperación al Desarrollo, organizado por las ONG de la Federación de Planificación Familiar de España. Pregunta. ¿Qué le parece que el Vaticano haya obligado a retractarse a los obispos brasileños por su apoyo al uso del condón?

Respuesta. El Gobierno de Brasil, las ONG y los programas de la ONU en ese país van a seguir luchando contra el sida y las enfermedades de transmisión sexual. La gente toma sus propias decisiones. Los curas y monjas brasileños seguirán dando condones, diga lo que diga Roma. La Iglesia de base vive en la realidad. Y conviene recordar que el mayor número de abortos inducidos se registra precisamente en los países donde se prohíbe: Brasil entre ellos, aunque la situación peor es la de Chile.

P. En la reciente cumbre de Nueva York sobre la Mujer, el Vaticano ha seguido en su línea inmovilista. ¿Espera usted que en el futuro el Vaticano varíe de postura?

R. Lo espero, pero no en un futuro próximo. La Iglesia no está contra la planificación familiar como concepto, pero sí contra los medios. Por tanto, por ahora no nos encontramos.

P. ¿Qué siente usted al contemplar las celebraciones oficiales en la India por llegar a los 1.000 millones de habitantes? ¿Lo ve como una derrota, desde el punto de vista de la planificación familiar?

R. Puede verse en cierto sentido como un éxito, puesto que se ha logrado frenar algo el crecimiento demográfico. Hay que tener en cuenta que en la India la expectativa de vida ha aumentado y la mortalidad infantil ha descendido. El problema es que la información sobre planificación familiar no es igual en todas las regiones indias. En el norte, en Bihar o Rayastán, las mujeres se casan a los 15 años y quedan embarazadas. En el sur, en Kerala o Tamil Nadu, el nivel educativo es más alto y los servicios de salud son mejores: en consecuencia, el promedio de hijos por mujer no pasa de 2,5. Llegar a los 1.000 millones ha servido para que el Gobierno aproveche para anunciar más esfuerzos en planificación familiar.

P. El FNUAP extiende sus programas de información a mujeres por todo el mundo. Pero, ¿cree usted que los hombres están por la labor?

R. En los países en vías de desarrollo, un hombre ve fortalecida su posición social si tiene muchos hijos. Pero esa mentalidad está cambiando desde que nuestros programas tienen como objetivo informar a los hombres. Ellos, cuando comprenden la situación, colaboran.

P. ¿Incluso en África?

R. Incluso. Los hombres africanos, antes, rechazaban usar condones. Pero ahora no.

P. Los avances en técnicas de fertilización, ¿le parecen un lujo para sociedades ricas?

R. Son un progreso, porque no sólo existe en el mundo el problema de la excesiva fertilidad, sino el de la infertilidad. En los países en vías de desarrollo, la infertilidad suele ser causada por infecciones tras un aborto, por enfermedades sexuales, por complicaciones tras el parto. Por tanto, es un problema de salud pública, y las nuevas técnicas pueden contribuir a remediarlo.

P. ¿Cuál es el presupuesto actual del FNUAP y cuál necesitaría?

R. Contamos con 9.000 millones de pesetas y otros 7.200 de fondos adicionales. Pero necesitamos 72.000 millones.

P. ¿Qué aporta España?

R. Noventa y dos millones de pesetas. Espero que pueda llegar a los 180. Actualmente está a la altura de Luxemburgo y por debajo de Pakistán o de Egipto.