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Tribuna
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Concertación

La decisión de la Unión General de Trabajadores de Andalucía de celebrar unas jornadas que analicen la presencia del sindicalismo en la economía social es uno de los primeros pasos serios en la búsqueda de soluciones que hagan posible en el futuro inmediato una concertación social sin ausencia y más eficaz.El sistema de concertación social, como método de entablar el diálogo entre los distintos agentes sociales y económicos con la presencia del Gobierno, constituye uno de los mejores instrumentos para la satisfacción de los intereses de partes tradicionalmente enfrentadas. El alcance de pactos sociales, económicos supone el compromiso de todos, y por todos, en las respuestas que pueden dar solución a los problemas de la sociedad.

Sin embargo -y de ahí el acierto de las jornadas-, la presencia en la economía de la empresa tradicional o empresa capitalista (sociedades anónimas o limitadas entre otras) y la empresa social o cooperativista, que descansa en principios que nada tienen que ver con aquella economía, así como el rechazo frontal por parte de ésta a que intervengan en el ámbito de la concertación con nombre propio, está dando lugar a que los acuerdos, que se aplican en todo el sector económico, sean menos eficaces, pues falta la economía participativa en la toma de decisiones.

La coincidencia de intereses entre economía social y sindicalismo, una y otro buscan con mayor intensidad la eliminación del paro juvenil y de sectores marginados; la coincidencia de principios sobre los que una y otro se sustentan, y las mayores dificultades para diferenciar la distinción entre trabajador y empresario que pudieran alterar los clásicos de la acción sindical y asocianismo empresarial, así como la desconfianza tradicional de las empresas, no deberían constituir obstáculos insalvables, ni servir de excusa para impedir una concertación social de todos y con todos.

Su éxito, el de la concertación de todos, puede depender de que Gobierno y sindicatos no ejerzan ningún tipo de tutela sobre las empresas participativas y también, como sostiene el secretario de UGT, en una acción sindical distinta de la que, tradicionalmente, ha exigido el asociacionismo empresarial.

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