Sectores productivos de Girona piden facilidades para emplear extranjeros

Varios sectores productivos de Girona que tienen dificultades para cubrir sus puestos de trabajo, entre ellos el de la fruta, el metal y la hostelería, piden a las administraciones que faciliten los trámites para importar mano de obra inmigrante procedente de los países del Este. Los sindicatos alertan, sin embargo, que tras la importación masiva de trabajadores extranjeros puede esconderse una estrategia de la patronal para congelar sueldos.

Los fruticultores gerundenses asociados en el sindicato Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC) temen que la campaña de la recogida de la fruta que se lleva a cabo durante los meses de agosto, septiembre y octubre deba realizarse con unos 400 temporeros menos de los necesarios, situación que lentificaría el proceso de recolección y afectaría a la calidad de la fruta. Es uno más de los sectores que, como la hostelería o el metal, confiesan que tienen dificultades para cubrir sus puestos laborales y, en mayor o menor medida, presionan a las administraciones para que faciliten los trámites para importar trabajadores del extranjero.A pesar de que el grueso de los inmigrantes colocados en Girona son norteafricanos, los países del Este se han convertido en la supuesta panacea para los déficit laborales de Girona. Los fruticultores piensan en estudiantes de estas zonas, mientras que la patronal del metal asegura que sólo en determinadas zonas fabriles de los países ex comunistas pueden hallarse operarios con experiencia.

El sector del metal ha denunciado reiteradamente los problemas para encontrar trabajadores cualificados. Según la patronal, las vacantes de fresadores y torneros de algunas industrias gerundenses sólo pueden cubrirse a corto plazo con trabajadores del Este, donde existe una tradición y un amplio mercado laboral en el sector. Los sindicatos son reacios a la importación masiva de trabajadores extranjeros y afirman que, en muchos casos, se trata de una estrategia de la patronal para congelar los sueldos. Las vacantes de los sectores cualificados constatan, en opinión de los sindicatos, la escasa previsión de los cursos ocupacionales impartidos en los últimos años en Cataluña.

Al igual que ha sucedido recientemente con el sector hotelero, los contactos de los fruticultores con el Servicio Catalán de Empleo no han dado los resultados esperados y no se ha conseguido cubrir las demandas. A pesar de que Girona tiene una tasa de paro superior al 4%, estos desempleados no se ajustan, al parecer, a las demandas. La disociación entre las ofertas vacantes de un sector y los trabajadores en paro dispuestos a trabajar en el mismo es llamativa en la hostelería, donde hay enormes dificultades para encontrar personal a pesar de que el Departamento de Trabajo tiene censado un importante contingente de desempleados que trabajaban en bares, restaurantes y hoteles.

Experiencia piloto

El sindicato mayoritario en el campo catalán, Unió de Pagesos, ha puesto en marcha con vistas al próximo verano una experiencia piloto que llevará al Baix Empordà a unos 50 temporeros colombianos que actualmente trabajan en la recogida del melocotón en Lleida. Desde el sector se defiende la creación de colectivos de trabajadores extranjeros que puedan desplazarse por el territorio catalán durante unos seis o siete meses para cubrir las necesidades de los agricultores. La habitual escasez de temporeros agrícolas se ha hecho más patente durante este año a causa de la atracción que ejerce la hostelería, que tampoco encuentra trabajadores, y sobre todo, de la construcción, que ha experimentado un incremento espectacular y ofrece unos sueldos más elevados y unas condiciones laborales más cómodas.

Las presiones de las patronales gerundenses para importar trabajadores extranjeros van en aumento. Los hosteleros y algunas organizaciones agrarias ven en los sectores juveniles de la Europa del Este una de las posibles vías de solución de sus problemas laborales. La Federación de Hostelería de Girona está convencida de que la temporada veraniega se saldará con un importante déficit laboral, aunque en las últimas semanas han conseguido encauzar un millar de colocaciones. A pesar de que los hosteleros confían en el mercado laboral europeo para cubrir sus vacantes, lo cierto es que hasta el momento los contratos del sector de hostelería gestionados por la red europea de empleo no llegan a la decena. Las administraciones admiten que los canales para obtener trabajadores de otros países aún no son fluidos.