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Un tercio de los jóvenes del África subsahariana morirá de sida

Los países del África subsahariana, los más afectados por el sida (en ellos viven 24,5 millones de los 34,3 millones de infectados del mundo), se enfrentan a un serio problema a causa de la enfermedad. En 16 de ellos, más del 10% de su población de entre 15 y 49 años está infectado, por lo que Onusida, la agencia de la ONU encargada de la epidemia, vaticina que un tercio de los más jóvenes morirá a causa del VIH. Y todo porque no pueden pagarse la medicación que ya existe en los países ricos desarrollados.Una carencia criticada por Stefano Vella, presidente de la Sociedad Internacional sobre Sida, que va a celebrar su reunión anual del 8 al 14 precisamente en Durban (Suráfrica), el país con más casos de enfermedad del mundo (4,2 millones).

Junto a estos datos dramáticos, un informe de la ONU publicado ayer, consultable en (www.unaids.org/epidemic-update) aporta datos esperanzadores. Según señala dicho texto, aun sin disponer de fármacos, algunos países, como Uganda, Senegal y Zambia, han conseguido, mediante intensas campañas, resultados prometedores en la prevención de la enfermedad, como que la tasa de prevalencia en Uganda haya bajado del 14% al 8% en 10 años.

Autoridades y religiosos

Peter Piot, director de Onusida, resaltó ayer el papel de las instituciones en la prevención, "especialmente el de los grupos islamistas". En Uganda, dijo a France Presse, ha sido "fundamental" la presencia de los imanes en un vídeo informativo sobre las medidas a adoptar para evitar el contagio en el que recurrieron a citas del Corán -texto sagrado islámico. Lo mismo ocurre en Senegal, explicó, donde también se ha registrado un progreso en la sensibilización de la población que los expertos atribuyen fundamentalmente a la colaboración que los proyectos de prevención han logrado de las autoridades, asociaciones y sobre todo de los grupos islamistas y la Iglesia católica.

Para Piot el ejemplo contrario lo constituye Kenia, donde denunció el acuerdo entre la Iglesia católica y ciertos grupos islámicos para condenar el uso de los preservativos. Hace año y medio, relató, las dos comunidades religiosas organizaron una marcha contra el sida en la que se quemaron preservativos con lo que la manifestación, de hecho, se convirtió en "una marcha contra la prevención" de la enfermedad.

Según destacó ayer Piot, "el número de víctimas del sida en los países gravemente afectados está modificando el tejido económico y social de la sociedad."

Además, la creciente demanda de asistencia sanitaria para las enfermedades relacionadas con el virus del sida está contribuyendo al deterioro de los ya precarios servicios de salud de estos países. Así por ejemplo, en Tailandia o Burundi, los pacientes de sida ocupan ya entre el 40% y el 70% de las camas hospitalarias en las grandes ciudades.

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