Detenidos dos oficiales en Venezuela por intentar conspirar contra Chávez

El ruido de sables que desde hace varias semanas se viene escuchando en Venezuela ha aumentado tras la detención de dos oficiales en activo de la Guardia Nacional (GN), después de que ambos hubiesen manifestado a la prensa local su descontento a la gestión del presidente Hugo Chávez. Los detenidos piden la dimisión del mandatario y que sea sometido a un juicio moral, así como sublevar a la población para instaurar una junta patriótica cívico-militar.

Los arrestados son el capitán Luis Eduardo García Morales, de la Gendarmería Nacional, asignado a la Escuela Vial de esa fuerza en la localidad de Cagua, en el Estado de Aragua, a unos 80 kilómetros de Caracas, y otro oficial todavía no identificado. Ambos leyeron un manifiesto de ocho páginas ante las cámaras de televisión después de presentarse como "un grupo de ciudadanos comunes" integrado por oficiales, suboficiales y tropa profesional de la Fuerza Armada Nacional (FAN). El vídeo fue confiscado por el Gobierno.La proclama del grupo disidente fue hecha pública -el sábado, en una conferencia de prensa- por el Frente Institucional Militar (FIM), un grupo creado recientemente por generales en situación de retiro. El FIM rechaza todo intento de desencadenar un nuevo golpe castrense, como el que protagonizó el propio Chávez en 1992, pero le culpan directamente del malestar entre los militares y de la "grave división interna de la FAN, producto de la permanente politización de sus miembros".

El texto divulgado por los generales, identificado como Boletín número 1 de la Junta Patriótica, cuestiona la gestión del mandatario venezolano porque "maneja a su antojo los poderes públicos y es incapaz de garantizar el bienestar colectivo". Los oficiales exigen a Chávez que respete a la FAN, al tiempo que responsabilizan al presidente del megadesastre electoral, en referencia al aplazamiento de los comicios convocados inicialmente el pasado 28 de mayo. Además, los firmantes hacen un llamamiento a los venezolanos para que se integren en una "cruzada cívico-militar", en lo que han venido en denominar como Tercera Fase del Plan Gaviota.

Entre otras exigencias, reivindican la dimisión del presidente Chávez para que sea sometido a un juicio moral "por los daños causados a la patria", así como la anulación de la nueva Constitución y la formación de una junta cívico-militar de cinco miembros.

Hace un mes, un grupo formado por un centenar de oficiales de las Fuerzas Armadas divulgó un documento en el que se manifestaba el desacuerdo de los oficiales con la politización de los medios castrenses, al tiempo que advertían sobre el deterioro económico y social del país y la creciente inseguridad ciudadana. Para acallar el malestar de los militares, el presidente Chávez autorizó a los oficiales en activo a efectuar declaraciones a la prensa. Chávez levantó la prohibición con la intención de que la mayor parte de las declaraciones a la prensa le iban a resultar favorables, pero el tiro parece haberle salido por la culata tras el manifiesto de los dos capitanes.

Mientras, el candidato a la presidencia Francisco Arias Cárdenas, antiguo compañero de armas de Chávez y segundo favorito en las encuestas, pidió "prudencia y paciencia" a los oficiales disidentes. "Vamos a sacar a Chávez con los votos el 30 de julio. Esto es la consecuencia de un Gobierno irresponsable, hablador, que no controla su lengua y va más allá de sus propias funciones", aseguró Arias Cárdenas.