Un ensayo repasa la historia de la editorial antifranquista Ruedo Ibérico desde 1961
El libro es finalista del Premio Anagrama
Ruedo Ibérico fue en la España asfixiada por la censura franquista un símbolo de libertad. Desde su sede en París, la editora de libros y de Cuadernos de Ruedo Ibérico se convirtió en una plataforma cultural y política. Su historia (una crónica de veinte años de la España antifranquista) la cuenta Albert Forment en el libro José Martínez: la epopeya de Ruedo Ibérico, que fue finalista del Premio Anagrama de Ensayo 2000.
Uno de los aspectos que destacó ayer Jorge Herralde (fundador de Anagrama y miembro del jurado del premio de ensayo) de José Martínez: la epopeya de Ruedo Ibérico (Anagrama) es que no es hagiográfico. El libro refleja los claroscuros de José Martínez Guerricabeitia (al frente de Ruedo Ibérico), un hombre insobornable, controvertido y autodestructivo, y muy seductor, capaz de embarcarse en una aventura editorial imprescindible e insustituible en aquellos años, desde 1961 hasta 1982. En sus Cuadernos se expresaban políticos y escritores que lo tenían entonces difícil: Jorge Semprún (tras su expulsión del PCE formó parte de la editorial); Joaquín Leguina, Pasqual Maragall y Salvador Giner, entre otros. Ruedo Ibérico, con una distribución clandestina, no fue concebida como un negocio (hubo gente que invirtió a fondo perdido para salvarla), a pesar de sus éxitos editoriales: La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa Mafia, de Jesús Ynfante; La guerra civil española, de Hugh Thomas, y El laberinto español, de Gerald Brenan.
Albert Forment (Sagunto, 1961), autor de José Martínez: la epopeya de Ruedo Ibérico, un homenaje a una generación de exiliados antifranquistas, contradijo las versiones que dicen que el fundador de Ruedo Ibérico se suicidó. "Su cadáver se encontró el día del referéndum sobre la OTAN, lo que dio lugar a esa interpretación; pero según la autopsia murió por asfixia". Forment se ha documentado, sobre todo, en el inmenso archivo del Instituto Internacional de Historia Social de Holanda, "el gran archivo de la izquierda", indicó Herralde.
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