Medio ambiente industrial y educación
IÑIGO SANZ
Aun llevando más de 25 años de trabajo en el mundo medioambiental, resulta difícil retratar en unas pocas líneas la situación actual de la gestión de residuos en nuestro país, aunque sí puedo afirmar que las cosas van por el buen camino. Aunque los porcentajes de residuos industriales destinados a un tratamiento correcto todavía suponen un porcentaje pequeño respecto a todos los generados, la mejora en la gestión de residuos ha sido importante.
Los avances realizados en la creación de infraestructuras en reciclaje y tratamiento de residuos son innegables, aunque aún tenemos un importante camino por recorrer si queremos lograr las cotas de reciclaje de nuestros países vecinos. El grado de sensibilización sobre la imperiosa necesidad de disponer correctamente de los residuos de la población en general, y de los productores industriales de residuos en particular, ha aumentado significativamente, y ya se está generalizado la recuperación de suelos contaminados o la limpieza de naves industriales con riesgos de contaminación.
Asignatura pendiente
La asignatura pendiente es la dificultad que tenemos en este país para ubicar infraestructuras ambientales, que son fuente de riqueza, puntos donde se soluciona la contaminación. Y casi nunca donde se genera. El no tenerlas significaría crear menos puestos de trabajo y un costo mayor para la industria que desea eliminar sus residuos, que es otro factor de pérdida de competitividad.
Quizá esta actitud es debida a que internamente pensamos que los residuos que nosotros producimos son poco menos que agua bendita y que el verdadero problema lo tiene la empresa de enfrente, o el vecino del quinto, ése que espera todos los días apostado en su ventana a que el camión de la basura termine su ronda, para disfrutar de la popularidad que da disponer todo un día de media acera solo para sus desperdicios.
Por ello me gustaría recordar que el medio ambiente bien entendido -también el industrial- empieza por uno mismo. En mi opinión, la verdadera apuesta que debe hacerse por el bien del medio ambiente debe empezar desde mucho más atrás. La educación ambiental debiera ser ya mismo una asignatura obligatoria desde la más tierna infancia y con la misma importancia que hoy día se aporta a conocimientos y saberes de otra índole.
Sólo de esta manera será posible dentro de unos años conseguir la receptividad adecuada en un público que haya crecido familiarizado, informado y concienciado de que el respeto al medio ambiente y el correcto tratamiento de los residuos que todos producimos, en mayor o menor escala, y tanto en el ámbito familiar como laboral o lúdico durante toda nuestra existencia, es algo que, en esencia, es tan importante o más, que cualquier otro valor o principio ético incuestionable.
Iñigo Sanz es director general de Hidronor Ambiente.
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