Damasco pide a Madrid que tenga vigilado al ex vicepresidente

Las autoridades de Damasco no han pedido a España que expulse al miembro rebelde de la familia El Asad, pero sí que se le mantenga vigilado y se impida que utilice el territorio español para criticar o conspirar contra su sobrino y nuevo líder, según fuentes gubernamentales españolas. Una tarea difícil, pues Rifat cuenta, entre otros medios, con una emisora de televisión en Londres y un periódico en París.Aunque "la colaboración con Siria en este asunto es total", según las mismas fuentes españolas, es dudoso que los servicios sirios renuncien a comprobar por sí mismos que el hermano del fallecido presidente está políticamente neutralizado, lo que multiplica el riesgo de incidentes. España no quiere convertirse, en ningún caso, en el tablero donde se juega la lucha por el poder en Damasco.

Todos los analistas coinciden en que las posibilidades de Rifat son casi nulas. El ascendiente sobre el Ejército que pudo tener cuando dirigía las Brigadas de Defensa, un cuerpo de élite responsable de la sangrienta represión de los islamistas a principios de los ochenta, lo perdió en 1984. El presidente Hafez el Asad le desterró entonces por primera vez, debido a su implicación en una intentona golpista mientras él se encontraba enfermo. Aunque Rifat fue rehabilitado y nombrado vicepresidente, sus Brigadas de Defensa quedaron disueltas.

Lo que inquieta no es tanto el respaldo de Rifat como la delicada situación del nuevo líder, Bachar el Asad, que en el momento en que murió su padre ni siquiera cumplía los requisitos para sucederle, lo que obligó a reformar precipitadamente la Constitución.

La guerra abierta entre el tío, de 64 años, y el sobrino, de 34, comenzó en octubre pasado, cuando el segundo, por orden de su padre, dirigió el bombardeo de la lujosa residencia que poseía Rifat en el puerto sirio de Lataquia.