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Alemania no ve motivos para perdonar las deudas a Rusia

Pilar Bonet

Alemania, el mayor acreedor internacional de Rusia, se niega a perdonar la deuda de más de 38.000 millones de marcos (3,23 billones de pesetas) que Moscú ha acumulado, pero está dispuesta a reestructurar esta cantidad, según manifestaron medios gubernamentales en Berlín. El Gobierno alemán espera que su firme posición sea apoyada por otros "países europeos" del G-7 acreedores de Rusia en la próxima cumbre de Okinawa después de que el canciller Gerhard Schröder debatiera el tema con el presidente francés Jacques Chirac la semana pasada. Canadá e Italia son otros de los dos grandes acreedores de Rusia en el G-7, aunque la cuantía de su deuda, en ambos casos, esté muy por debajo de Alemania. Berlín no podrá contar con el apoyo de Estados Unidos, país al que Rusia debe cerca de 4.000 millones de marcos y que se ha manifestado a favor de la condonación de la deuda.

Las deudas de Rusia a Alemania suponen la mitad del total del endeudamiento ruso en el ámbito del club de París (acreedores gubernamentales). Alemania y Rusia llegaron a un acuerdo para renegociar 8.000 millones de marcos, que no se ha cerrado todavía porque depende de que se llegue a otro trato sobre las garantías estatales a la exportación concedidas por Alemania. Estas garantías están suspendidas desde la crisis financiera de agosto de 1998. Los impagos rusos que lastran el presupuesto estatal alemán, que ha sido fiador de las exportaciones, suman unos 600 millones de marcos.

Presiones sobre Schröder

Los grandes empresarios alemanes con intereses en Rusia presionan al Gobierno para que vuelva a restablecer las garantías a la exportación y el canciller Schröder no ha revelado cuál será la cuantía o el techo de esta "decisión política" que ha decidido tomar y que depende de la regulación de las garantías anteriores. El techo de las garantías estatales alemanas era de 1.500 millones de marcos hasta que fue suspendido.

Para reclamar el pago de la deuda, Alemania argumenta que Rusia ya no es un país en desarrollo, sino un país que puede esperar hasta un 5% de crecimiento del PIB en los próximos años y que se beneficia de la debilidad del rublo y de los aumentos de los precios del petróleo, que hacen previsible el superávit en el presupuesto. "Rusia no necesita un perdón porque no está al mismo nivel que los países pobres", señalaban las fuentes gubernamentales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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