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Aulestia reivindica en un libro los valores de la anterior generación de nacionalistas

La situación que vive hoy el País Vasco tiene su raíz en la ausencia de transmisión de valores, en la falta de comunicación que propició que una generación reinventara la memoria de sus antepasados. Esta es la principal tesis que plantea Kepa Aulestia (Ondarroa, 1956) en Gutun amaigabea (Alberdania), un ensayo en forma epistolar, en el que realiza una reflexión crítica sobre el devenir del nacionalismo y reivindica los valores que defendió su abuelo, quien consideraba que "un vasco no podía ser asesino sin perder su identidad".

Kepa Aulestia, antiguo dirigente de Euskadiko Ezkerra, ahora analista político y director de la revista Talaia, presentó ayer en San Sebastián Gutun amaigabea (Carta inacabada), una obra de pensamiento escrita en euskera que en modo alguno excluye los sentimientos. Y es que Aulestia desnuda sus reflexiones sobre el devenir del nacionalismo en una carta escrita a su abuelo paterno, fallecido hace ahora 35 años. El formato epistolar, poco habitual cuando se trata de un ensayo, no es "una casualidad", como aseguró el propio autor. Aulestia explica el presente desde el pasado, habla de la situación que vive hoy el País Vasco desde las claves nacionalistas en las que le educó su abuelo y trata de transmitirle qué ha pasado.Las claves del texto las desveló en el acto de presentación. "Creo que muchos de los problemas que tenemos en la actualidad se deben a que la transmisión de valores, de ideología, entre dos generaciones, se hizo en silencio, no hubo diálogo. No dejamos a nuestros antepasados que nos comunicaran su memoria de verdad, tal y como era, sin aditamentos. Entonces hicimos la reescritura que más nos convino para cubrir los vacíos; muchas veces con oportunidad, por no decir oportunismo. Creo que en gran medida hemos trampeado el pasado y a nosotros mismos", señaló. Esta falta de comunicación es lo que ha posibilitado, según el autor, que penetre en la sociedad "el totalitarismo y lo absoluto", por un exceso de relativismo.

Kepa Aulestia, que abandonó la política en 1994, realizó una firme defensa de los valores en los que se asentó el nacionalismo de la generación anterior a la suya. "No creo que los valores generalizados hoy entre los euskaldunes tengan nada que ver con los mensajes que recibimos quienes crecimos en el seno del nacionalismo". No lo dijo en la presentación, pero en un pasaje del libro se dirige de esta forma a su abuelo para referirse a la violencia: "No pudimos inventar una mentira más grande que la violencia. Y hace tiempo que la hicimos nuestra, que la aceptamos. (...) En tu opinión el euskaldun no podía ser asesino sin perder su identidad" (...) De alguna manera ponías el respeto a la vida del otro por encima de la propia". Y en tono autocrítico le reconoce con sinceridad. "No fuimos capaces de apagar el fuego que encendimos".

El ex dirigente de Euskadiko Ezkerra radiografía en la conversación con su abuelo un nacionalismo más que estancado. "Te va a perturbar lo que te voy a decir ahora. Pero si el nacionalismo no deja de lado los paradigmas de Arana, nunca avanzará. (...) Me parece que ha topado con sus propias barreras como nunca hasta ahora. El nacionalismo no puede más. Pero lo peor es que en vez de reconocerlo, o para no aceptarlo, está dispuesto a cambiar de sitio su meta y llevarla más adelante".

La presentación de Gutun amaigabea reunió en San Sebastián a escritores como Anjel Lertxundi o Ramón Saitzarbitoria y políticos nacionalistas como Joseba Arregi.

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