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EL PRESIDENTE RUSO, EN ESPAÑA

España pide a Rusia que reaccione con prudencia ante el programa de defensa antimisiles de EEUU

El presidente ruso, Vladímir Putin, intenta introducir una cuña entre Estados Unidos y sus aliados europeos a propósito del Sistema Nacional de Defensa antimisiles (NMD) del presidente norteamericano, Bill Clinton. El Gobierno español reconoce que Washington tiene derecho a protegerse de un eventual ataque de los llamados estados delincuentes (Corea del Norte, Irán o Irak), pero pide, tanto a norteamericanos como a rusos, que actúen con prudencia para evitar que esta iniciativa altere el frágil equilibrio nuclear surgido de la guerra fría y desencadene una nueva carrera armamentística.

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Aunque portavoces oficiales no pudieron precisar ayer si la denomonada miniguerra de las galaxias había sido abordada en la primera entrevista entre Aznar y Putin (la segunda se celebrará hoy antes de la conferencia de prensa conjunta), el tema figura de forma destacada en la agenda, según la delegación rusa.No puede ser de otra manera pues ayer, antes de partir hacia Madrid, Putin recibió en Moscú al secretario norteamericano de Defensa, William Cohen. El encuentro sirvió para constatar el abismo que separa a ambos países sobre el proyecto de instalar un escudo, de carácter estratégico, que obligaría a enmendar el tratado ABM anticohetes balísticos de 1972, garantía de la Destrucción Mutua Asegurada sobre la que se basó el equilibrio del terror en la guerra fría.

Putin, que llegó a Madrid a las 14,45, se dirigió directamente a La Moncloa, donde se reunió con Aznar durante dos horas, 45 minutos más de lo previsto. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quien recibió a Putin en el aeropuerto de Barajas, le acompañó en el trayecto, pero no estuvo presente en la entrevista, como tampoco su homólogo ruso, Igor Ivanov, ni los respectivos embajadores, en contra de lo que se había anunciado.

Frente a la actitud de otros países europeos, como Alemania o Francia, que han criticado con dureza el proyecto del Pentágono, España se ha mantenido hasta ahora al margen de la controversia. Fuentes oficiciales españolas dijeron ayer que no se puede negar el derecho de EEUU a defender su territorio, pero agregaron que deben evitarse medidas unilaterales que pongan en riesgo el entramado de acuerdos de desarme trabajosamente construido en los últimos años. La petición de prudencia no se dirige sólo a Washington. El Gobierno español también cree que Rusia debe moderar su discurso y evitar reacciones desproporcionadas. Con toda probabilidad, así se lo habrá transmitido Aznar a Putin. Lo deseable, para Madrid, es que cualquier modificación del tratado ABM se haga de común acuerdo entre EEUU y Rusia, contando obviamente con los europeos, a los que, no hay que olvidarlo, el proyecto americano deja al pairo frente a eventuales ataques con misiles.

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