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FIN DE UNA ERA EN ORIENTE PRÓXIMO

Barak se compromete a trabajar para la paz con el sucesor de Asad

Arafat decreta tres días de luto oficial en Cisjordania y Gaza

El Gobierno israelí se comprometió ayer a trabajar en busca de la paz con el presidente que tome las riendas de Siria tras la muerte de Hafez el Asad. El Ejecutivo del primer ministro, Ehud Barak, al que la noticia sorprendió en su descanso sabático, manifestó que "comprende el dolor del pueblo sirio" y recordó que al igual que las actuaciones de Israel en el pasado "han perseguido la paz" mantendrán la misma actitud con el futuro Gobierno. Yasir Arafat, por su parte, decretó tres días de luto oficial en Cisjordania y Gaza.

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La televisión palestina interrumpió su programación para emitir una lectura del Corán nada más conocerse la noticia. A pesar de que Arafat mantenía difíciles relaciones con el líder sirio, el presidente de la Autoridad Palestina, decretó tres días de duelo en Cisjordania y Gaza. "El pueblo palestino está junto a sus hermanos sirios y comparte su dolor", rezaba el comunicado. Asad, enfrentado a Arafat desde la guerra civil de Líbano, fue especialmene crítico con los acuerdos de Oslo que el entonces líder de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) firmó con Israel en 1993.El León de Damasco, partidario de establecer un frente árabe contra Israel, dio cobijo en la capital siria al Frente del Rechazo, formado por organizaciones palestinas que impuganron las negociaciones de Arafat. No obstante, se reunió con él tras los acuerdos de Oslo, al igual que lo había hecho un año antes, durante el sepelio del rey Hussein de Jordania. Aunque el recelo entre ambos perduraba -hace tres meses el ministro de Defensa sirio, el general Mustafá Tlas, describió a Arafat tildándole como un "conejo cobarde"- éste ordenó izar las banderas palestinas a media asta.

Mientras la televisión israelí ofrecía noticias sobre Siria, el primer ministro, Ehud Barak, expresó su pésame y anunció que Israel "continuará trabajando por la paz con cualquier Gobierno que se forme en Damasco". Al mismo tiempo, subrayó que Israel considera importante que se mantenga la calma en la frontera con Siria y con el Líbano, controlado de hecho por Damasco. Slomo Ben Ami, ministro de Seguridad Interior, deseó que "la desaparación de Asad cree una situación nueva". Aunque matizó: "No estoy seguro de que vayamos a una solución simple". Mientras, el jefe de la oposición, el halcón Ariel Sharon, aconsejó "actuar con precaución".

De "terrible catástrofe para Líbano", calificó el primer ministro libanés, Salim Hoss, la muerte de Asad. Hoss, que no ocultó su dolor, decretó una semana de duelo ante la importancia de esta pérdida que "ha afectado profundamente al Líbano". La guerrilla libanesa de Hezbolá calificó a Asad de "hombre excepcional" en un vibrante homenaje. Ismael Celim, ministro de Exteriores turco, aseguró compartir "la pena del pueblo hermano de Siria". No era el momento de evocar viejos rencores ni recordar las simpatías de Siria hacia los kurdos.

La Liga Árabe destacó en la tarde del sábado su "profunda tristeza" por la muerte "del combatiente de la guerra y la paz", al tiempo que Arabia Saudí ofrecía apoyo a su sucesor y Hosni Mubarak, el presidente egipcio, rezaba a Dios por la unidad de Siria. Este tono de lamento en el mundo árabe contrastó con el silencio de la radio iraquí, que se limitó a anunciar el deceso. No en vano en Siria e Irak gobiernan ramas rivales del partido Baaz.

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El Kremlin expreso con prontitud su pesar calificando a Asad de "gran estadista y amigo de Rusia". Un diplomático ruso afirmó que Moscú espera que la muerte de Asad no repercuta negativamente en el proceso de paz en Oriente Próximo, donde el líder sirio desempeñó "un papel clave". Tony Blair, el primer ministro británico, hizo hincapié en que Asad fue "una figura de estabilidad" e invitó a que las partes en conflicto "redoblen esfuerzos para encontrar una paz duradera en Oriente Próximo". El primer ministro francés, Lionel Jospin, dijo que espera que la sucesión de Asad no acarree un periodo de inestabilidad. Simultáneamente el ministro de Asuntos Exteriores, Hubert Védrine, canceló el viaje que iba a iniciar mañana a la zona. El jefe de Gobierno italiano, Giuliano Amato, el canciller alemán, Gerhard Schröder y el Gobierno portugués también lamentaron la pérdida de Asad. Lo mismo que el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

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