Trinidad Sevillano será de nuevo 'Giselle' para el Ballet de Madrid
La bailarina recrea el personaje con el que saltó a la fama internacional hace 15 años
Tras apariciones intermitentes en la escena española, la internacional bailarina Trinidad Sevillano se establece en Madrid, de la mano del coreógrafo Víctor Ullate. Premio Nacional de Danza en 1993, Sevillano trabaja en nuevas creaciones y volverá en septiembre con un clásico, Giselle, con cuyo personaje protagonista saltó al olimpo del ballet siendo adolescente.
Una jovencísma Trinidad Sevillano sorprendió hace 15 años a la crítica internacional en la piel de Giselle, tras haberlo preparado en un tiempo récord. Pasión y buena técnica se unieron entonces y siguen siendo el sello de Trinidad Sevillano, así como su afán de perfeccionismo: "¡Hace tiempo que no me pongo puntas!", exclama ante la incredulidad de quienes ven sus movimientos. "Me apetece que el público español me conozca", dice la artista, que ha estado en primera fila en el London Festival Ballet, el Ballet de Boston y otras destacadas compañías extranjeras.Siempre se ha quejado de bailar piezas cortas en colaboraciones, no de una manera estable en una compañía española, y por fin lo ha conseguido, inmersa ya en los trabajos del Ballet de la Comunidad de Madrid: "Esto significa la vuelta a casa. Siempre he querido volver a Madrid y esto es materializar ese sueño. Sólo estuve un año en Madrid al principio de mi carrera y luego me marché enseguida, pero me enamoré de esta ciudad. Ahora tengo ganas de bailar mucho y distintas cosas aquí durante un tiempo largo".
Trabajar con un Víctor Ullate, alumno, como ella, de la maestra zaragozana María de Ávila es un incentivo más. "Le tengo mucho cariño y le respeto muchísimo. Ha hecho una labor muy grande para la danza en este país. Llevar adelante un ballet es una tarea de titanes", comenta. Y en esta compañía se siente cómoda: "Noto muy buen ambiente, algo que es muy importante, y hay buenos creadores. En esta compañía podré hacer de todo".
La gira con la coreografía de José Cruz El lenguaje de las lágrimas, dos creaciones más de Ullatet para ella, adaptaciones de clásicos como Don Quijote y Romeo y Julieta y la Giselle que abrirá en septiembre temporada en el Teatro de Madrid ocupan el horizonte de Trinidad Sevillano. "Era una cría cuando hice mi primera Giselle. Voy a cumplir 32 años, ¡soy una vieja!", exclama entre risas, bromeando con lo efímero de su profesión, pero sabe que no hay que dramatizar.
Más emociones
"Un bailarín a los 30 años no es viejo. Es maduro. Tiene toda una experiencia detrás y está más hecho como artista. También es menos ambicioso, porque sabe sus límites, y al mismo tiempo empieza a disfrutar y a saborear más lo que hace", asegura la bailarina recordando las veces que se ha dejado la piel en la vorágine profesional. Precisamente con su Giselle del 2000, cree que disfrutará. "Al haberla hecho otras tantas veces saldrán más emociones, más realismo".
Pero en esa madurez que vive Trinidad Sevillano no se plantea probar el dirigir una coreografía. "En el 97 hice una pieza con música de Liszt, pero de momento prefiero centrarme en bailar", dice, y tampoco cede a la tentación de lanzarse a la interpretación, a pesar de que los críticos siempre han destacado su talento como actriz. "Ahora que puedo recoger los resultados de mi búsqueda como bailarina no quiero meterme en la incertidumbre de no saber adónde voy a llegar", afirma, filtrando la vulnerabilidad del artista. "La danza es un trabajo que castiga el cuerpo y el alma. El bailarín se entrega mucho a su trabajo y a veces descuida un poco la vida. Es entonces donde se puede producir un vacío en la persona, pero hay que intentar mantener el equilibrio y disfrutar. Siempre disfrutar. El peor peligro es hartarse".
Los proyectos con Ullate
"Se baila como se es, y Trinidad Sevillano es generosa, baila generosa. Tiene algo especial, y es una artista con una técnica espléndida. Siento gran placer al verla bailar", dice Víctor Ullate, que está volcado en proyectos placenteros y entusiastas con su nueva estrella del ballet de la Comunidad de Madrid."Es una de las mejores Giselles del mundo, pero ella no se da importancia", opina el coreógrafo, que abrirá la temporada de septiembre con un montaje reciclado de Giselle, con más relevancia del cuerpo masculino de baile y del personaje de Hilarión, para el que quiere contar con invitados como Ángel Corella y Tamara Rojo.
Pero el recién iniciado paso a dos profesional con Sevillano incluye además la coreografía Sola, "un viaje al interior de la persona" y la recuperación de Volar hacia la luz, un homenaje de Ullate a su madre con música de Ravel.
Babelia
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