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EMPRESAS» Cupimar, SADatos de interés

La firma produce 1.200 toneladas de pescado al año en la Bahía de Cádiz Doradas probeta

Sólo pequeñas localizaciones de la Bahía de Cádiz siguen dedicadas a la producción de sal. Una buena parte del territorio salinero se ha reconvertido hacia actividades más rentables. Es el caso de las 1.800 hectáreas de salinas que gestiona la empresa Cultivos Pescados Marinos SA (Cupimar), primera empresa del mercado español, que produce cada año 1.200 toneladas de doradas y otras 100 toneladas de especies complementarias como la lubina, el lenguado y la lisa.La firma surgió en Ibiza -es conocido que entre sus 22 accionistas figura Abel Matutes, ex ministro de Asuntos Exteriores- y se implantó en la Bahía de Cádiz en 1984. Desde entonces no ha dejado de crecer; en su primer año produjo sólo seis toneladas de doradas, pero ya ha quemado los suficientes estadios del proceso productivo como para saber, por ejemplo, que los langostinos, las ostras y las almejas no son cultivos rentables. Las doradas y las lubinas tienen una producción industrial, mientras que los lenguados aún no han superado la fase de desarrollo científico, fundamental para conocer las posibilidades de éxito del producto. De todas formas, Cupimar ha facturado ya dos toneladas de lenguados probetas.

"Llegamos a ser los primeros productores de doradas de Europa, pero una política desalentadora tanto del Estado como de la autonomía permitió que otros países nos adelantaran", explica Lázaro Rosa, vicepresidente de Cupimar. Grecia, hoy, utiliza la tecnología que se ha desarrollado en la Bahía de Cádiz, y se ha apoderado del mercado italiano, uno de los focos de actividad tradicionales de Cupimar. Los compradores del pescado que produce esta firma en Cádiz son ahora portugueses, franceses, algunos países centroeuropeos y el mercado nacional. "Siempre clamamos por que se viera que éste es un remedio alternativo a los problemas del caladero marroquí. Posada sacó el libro blanco de la acuicultura y, aunque nunca es tarde, se ha perdido demasiado tiempo", lamenta Rosa.

El proceso de producción de las doradas y las lubinas arranca en los 5.000 reproductores de que dispone Cupimar. Una sola dorada puede llegar a producir un millón de alevines, de los que vive y se selecciona un 10%. Para llegar a esa fase son necesarios 120 días, después de que el reproductor ponga el huevo, eclosione y surja la larva. Los alevines se enfrentan a dos destinos: son vendidos a otras instalaciones o se someten a un proceso de engorde. Para ello, Cupimar emplea un pienso compuesto por un 70% de harinas de pescados y un 30% de harina vegetal a base de soja y trigo.

El hecho diferenciador de esta producción acuícola con las de otras firmas -con mayor salinidad natural en el pescado- es que las piezas se crían en el cauce de las antiguas salinas y esteros, unos conductos modificados para garantizar que el agua se oxigena y fluye siempre en la misma dirección. Las doradas se venden a los mayoristas cuando alcanzan un peso de 400 gramos, a un precio de entre 800 y 1.000 pesetas el kilogramo. En el mercado llegan a las 1.600 pesetas. "El pescado hecho aquí podría aspirar a una hipotética denominación de origen", sostiene el vicepresidente de Cupimar.

La acuicultura dispone en la Bahía de un instituto de formación profesional que forma cada año a 20 titulados de cinco años en cultivos marinos. Muchos de estos jóvenes han sido captados por empresas extranjeras y del Mediterráneo, ante el frenazo de la acuicultura en la Bahía. "La Ley de Costas ha hecho que se pierdan inversiones millonarias", afirma Lázaro Rosa, quien recuerda que la firma El Pozo adquirió 160 hectáreas de salinas y preveía invertir 1.000 millones, hasta que topó con la ley, que desde su promulgación considera estos espacios inundables y, por lo tanto, pertenecientes al dominio público marítimo-terrestre. Todas las salinas de la Bahía ya han sido deslindadas, un proceso recurrido y con varias sentencias favorables a los acuicultores en el Tribunal Supremo.

: oy, de cada cinco peces que se consumen en el mundo, dos proceden de la acuicultura y tres del mar. Los expertos vaticinan que en el 2.010 se alterará la relación y tres de cada cinco procederán de cultivos marinos. Rosa recuerda que "el mar ya no puede proporcionar tantas cantidades de pescado" a la vez que asegura que la producción acuícola ha pasado de ser "un producto para gourmets" a "un artículo de consumo diario para amas de casa".

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A. HERNÁNDEZ-RODICIO

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Cultivos marinos

Los estudios de la empresa demuestran que langostinos, ostras y almejas no son cultivos rentables

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