REZOS CONTRA ARTE
A las puertas del Centro Cultural de España en Buenos Aires se congregaron unos cincuenta manifestantes disfrazados a la usanza de la Edad Media y, rosario en mano, rezaron a fin de "exorcizar" lo que ocurría puertas adentro del local. "¡Blasfemos!", gritaban los más exaltados, hasta que, aprovechando el relevo del guarda de seguridad de la puerta, entraron y arrojaron botes de pintura y una botella de gas lacrimógeno. El detonante de este arranque de ira fue una muestra del escultor argentino León Ferrari. A sus 80 años, formado en la tradición del happening de los sesenta, el polémico artista exponía un alegato conceptual cargado de ironía a favor de la "abolición del infierno". Iconoclasta y tildado de hereje, Ferrari se atreve a colocar 12 estatuillas de los apóstoles sobre una sartén, o al propio Jesucristo quemándose en una tostadora de pan. El escultor ironizó sobre las protestas: "Ellos son los que mejor entendieron lo que transmito con la obra".-
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