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Tribuna:Circuito científico
Tribuna
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La Universidad, o será investigadora o no será Joan J. Guinovart

La sociedad española no ha asimilado la idea de que la investigación es consustancial a la Universidad. El reparto de competencias entre los nuevos ministerios de Educación y Cultura y de Ciencia y Tecnología puede representar una nueva barrera para esta imprescindible afirmación, de modo que puede contribuir a desfigurar todavía más la visión de la Universidad como centro docente e investigador. Nadie parece darse cuenta de la importancia capital que para el alumnado tiene estar expuesto a la influencia positiva de profesores que son investigadores activos. Sin investigación, la Universidad no es más que un instituto superior que se limita a la transmisión del saber, frecuentemente de forma poco crítica y sin que los alumnos lleguen a aprehender cómo se generaron los conocimientos. De esa manera se enseña ciencia "revelada" y no "descubierta". Cuando la ciencia se transmite así no se diferencia mucho de la forma en que en la Edad Media se enseñaba medicina usando los textos de Hipócrates o Galeno pero sin hacer ninguna disección.Es imprescindible recoger en la nueva LRU (Ley de Reforma Universitaria) que la investigación es parte intrínseca de las tareas de un profesor universitario y tomar medidas para favorecer la actividad investigadora asegurando que ésta reporte beneficios claros a los profesores que la ejercen y también a sus centros. Sin embargo, la separación en dos ministerios de las dos tareas básicas de la Universidad, docencia e investigación, no facilita, de entrada, la toma de este tipo de decisiones.

La falta de percepción de las universidades como centros de investigación tiene consecuencias graves. La peor es que los rendimientos en investigación no están contemplados en los baremos que se utilizan para calcular la subvención que reciben las universidades de los gobiernos de los que dependen. El presupuesto está basado esencialmente en el número de alumnos y en el de docentes. El resultado es que las universidades no reciben directamente dinero para llevar a cabo investigación, ni, lo que es más grave, se benefician de forma directa (es decir, con mayores ingresos netos) de la investigación que sus profesores llevan a cabo. Más bien es al contrario, y de hecho les cuesta dinero, como ha señalado recientemente el vicerrector de Economía de la Universidad de Barcelona, profesor Enric Canela. La obtención de fondos destinados a la investigación depende de la iniciativa de los profesores, que, si tienen éxito en sus peticiones, perciben unas cantidades finales para desarrollar un proyecto, mientras que la Universidad recibe un 10% del total que no alcanza a cubrir el incremento en los gastos generales (agua, luz, mantenimiento de instalaciones y aparatos, administración) resultantes de la actividad investigadora.

La consecuencia de esta situación es que ni la institución ni el profesor se benefician de forma palpable de la investigación que realizan. Por eso para el profesor se convierte en una actividad opcional, completamente dispensable y que se lleva a cabo prácticamente como un capricho. Por las mismas razones, las universidades no sienten ninguna necesidad seria de presionar a sus profesores para que hagan investigación. Se argumentará que se consigue un mayor prestigio, pero en un ambiente tan poco competitivo como el español eso se traduce en muy poco o nada. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias, son muchos los profesores universitarios que se dedican con el mayor ahínco a la investigación y de ninguna manera se puede permitir que tanto esfuerzo se malogre. Porque, si los dos ministerios -Educación y Cultura y Ciencia y Tecnología- no consiguen aunar sus iniciativas en la dirección de favorecer la investigación en la Universidad, ésta corre el grave peligro de acabar siendo sólo un lugar "donde se dan clases" mientras la creación de nuevos conocimientos se lleva a cabo en otros lugares. En estas circunstancias, alguien debería indicar dónde.

Joan J. Guinovart es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Barcelona. Email: guino@sun.bq.ub.es

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