La Ertzaintza registra 80 denuncias por delitos sexuales en los cuatro primeros meses del año
Bilbao batió el récord con ocho detenidos en abril, de los que sólo dos ingresaron en prisión
La Ertzaintza ha registrado en la comunidad autónoma vasca un total de 80 delitos contra la libertad sexual, 31 de ellos por agresión, en los cuatro primeros meses de este año. En todo 1999, estas cifras fueron 164 y 88, respectivamente. Sin embargo, el número real es mucho mayor. Aunque cada vez son más numerosas las denuncias, aún hay muchas víctimas que prefieren no hacerlo. "Es difícil que el autor reconozca los hechos. Si no hay lesiones o testigos es la palabra de la víctima contra la del agresor. Muchas mujeres no están dispuestas", reconocen varios abogados.
Ha transcurrido un año. T. C. G. tenía 19 cuando Ismael G.T., de su misma edad, le amedrantó con una navaja, la obligó a masturbarle y después introdujo el pene en la boca de la joven. La Audiencia Provincial de Vizcaya le condenó a 17 años de cárcel por violación y robo. Ismael tiene abiertos otros cinco juicios por hechos similares. "En este caso, no había dudas, la víctima hizo un relato muy coherente, a lo que se sumó la prueba de ADN realizada y la identificación del acusado", argumenta una abogada que trabaja en los juzgados de Bilbao y asiste habitualmente a declaraciones de mujeres que denuncian haber sufrido una violación.Pero siempre no es tan fácil condenar a los autores de delitos sexuales. La ausencia de indicios, de testigos, la falta de coherencia en las declaraciones de las víctimas y, desde luego, la imposibilidad de detener al autor del delito, son frecuentes inconvenientes, explica la abogada. "La sensibilidad del juez es un factor esencial", coinciden víctimas, abogados, policías y los propios jueces. A pesar de las dificultades, sin embargo, las denuncias siguen aumentando. El pasado año ascendieron a 164 en Euskadi.
El artículo 178 del código penal considera agresión sexual el atentado contra la libertad sexual de otra persona "con violencia o intimidación" y el castigo penal es de uno a cuatro años. Cuando la agresión sexual consiste en acceso carnal, introducción de objetos o penetración bucal o anal, la pena de prisión es de seis a 12 años y puede llegar hasta los 15, según las circunstancias.
En la vía pública
El pasado año, las denuncias por agresión sexual fueron 88 y de ellas 16 correspondieron a violación. La Ertzaintza consiguió arrestar y poner a disposición judicial a los 16 agresores. En los 72 delitos restantes, se resolvieron el 85,94% de los casos. Ni la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ni en el juzgado decano han podido concretar el número de delitos que prosperaron y el de los acabaron con el agresor en prisión.
Los datos permiten comprobar que, a pesar de los riesgos de ser visto, la vía pública es el lugar elegido, seguido del domicilio de la víctima y del portal. En el lugar de trabajo sólo se da un promedio de un caso y medio por cada cien agresiones.
También hay ocasiones en las que la resistencia de la víctima, el auxilio de terceras personas o lo inadecuado del lugar hacen desistir al atacante de sus intenciones y huye, explica un portavoz de la Ertzaintza.
Aunque pueda parecer lo contrario, los agresores sexuales buscan generalmente a sus víctimas en su entorno próximo. En casi un 88% de los casos el agresor es una persona conocida por la víctima, confirman los datos de la Ertzaintza. "El 95% de las veces", estiman al alza en medios judiciales experimentados. "En la cifra se encuadran todas las agresiones [sexuales] cometidas por cónyuges, padres, hermanos, educadores, amigos y vecinos", detalla el portavoz de la policía autónoma vasca.
La mayoría de las veces, en torno al 90%, la persona agredida es una mujer y el resto se refiere a menores de edad. En este caso, generalmente, el ataque se produce en el entorno familiar o a cargo de exhibicionistas en la vía pública, cerca de un centro docente.
La alarma parece haberse disparado en lo que va de año. El mes de abril pasado batió récords y, sólo en Bilbao, se produjeron ocho detenciones relacionadas con delitos contra libertad sexual. Sin embargo, el juez sólo envió dos detenidos a prisión; el resto quedó en libertad. "La Ertzaintza hace bien su trabajo. Pone el detenido a disposición judicial y el juez decide", defienden oficialmente. "Aunque sea duro decirlo, en los juzgados de guardia se ven muchas denuncias de violación que nunca han existido", señala un juez. Son las menos.
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