El Gobierno prohíbe la compra de Cantábrico por Fenosa para salvaguardar la competencia

Después de haber logrado superar los impedimentos estatutarios para comprar Hidrocantábrico, la eléctrica Unión Fenosa se encontró ayer con el rechazo frontal del Consejo de Ministros. El Gobierno considera "imprescindible" la existencia de cuatro compañías eléctricas independientes en el mercado nacional para garantizar la competencia. Con este argumento, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, explicó al término del Consejo de Ministros de ayer que el Gobierno ha decidido prohibir la compra de la compañía asturiana, la más pequeña del sector, por parte de Unión Fenosa. Ésta presentó a finales de marzo una OPA sobre Hidrocantábrico con una oferta (24 euros por acción), superior a la presentada por la empresa estadounidense TXU (21,5 euros) y había logrado una ampliación de 15 días para culminarla.La Bolsa respondió con un castigo a Hidrocantábrico, que, después de estar dos horas suspedida, perdió ayer un 14,7%, mientras Unión Fenosa ganó un 4,7%.

La decisión del Gobierno de oponerse a una operación en la que Unión Fenosa, con el respaldo de su principal accionista, el BSCH, estaba dispuesta a empeñar 436.500 millones no ha sorprendido sólo a las compañías implicadas en la operación. Al calificar de "imprescindible" la existencia de cuatro empresas eléctricas en España (por orden de menor a mayor tamaño, Hidrocantábrico, Unión Fenosa, Iberdrola y Endesa) para preservar la competencia, Rato trasladó un mensaje claro al resto de las compañías: el Gobierno no permitirá que se devoren entre sí. No implica, sin embargo, que otros grupos puedan presentar ofertas de compra sobre cualquiera de las eléctricas.

"El mundo es redondo"

"El mundo es redondo", aseguró Rato, y si las eléctricas españolas quieren crecer, tienen otros mercados en el que ganar tamaño. "Éste", remachó, "no depende de sus compras en España". Para ilustrar los riesgos para la competencia que habría entrañado autorizar la compra de Hidrocantábrico por Fenosa con los efectos que ello conlleva en los precios de la electricidad, Rato explicó que sólo un 6% de la energía eléctrica que se consume en el país procede del exterior. En otras palabras, España es una "isla energética" y en esa "isla", en la que dos empresas, Endesa e Iberdrola, controlan un 80% de la producción, no se puede permitir la desaparición de ningún operador.

Rato señaló que el veto del Gobierno, una vez que el Tribunal de la Competencia había declarado "improcedente" la OPA sobre Hidrocantábrico, no es "independiente" de otras actuaciones del Ejecutivo. En este sentido, descartó que existieran contradicciones con otras decisiones adoptadas respecto a las eléctricas, y en concreto, con la autorización concedida hace dos años a Endesa para que absorbiera a sus participadas. Según Rato, entonces la competencia no se vio afectada porque Endesa ya controlaba, de hecho, el 75% de cada una de las filiales que asumió.

El veto a la operación fue bien recibido por la oposición -tanto el PSOE como IU habían solicitado que no se autorizara- y, extraoficialmente, en el seno del Gobierno regional asturiano, que desde el principio manifestó su desagrado con la compra.

Unión Fenosa, que el lunes celebrará un consejo extraordinario, recordó ayer que su oferta contó con el respaldo de los consejos de administración de Hidrocantábrico y de Fenosa, así como de los accionistas de la sociedad asturiana. En un comunicado, la eléctrica que preside José María Amusátegui, añadió que continuará con su estrategia de crecimiento aprovechando los recursos que ahora quedan "liberados" tras el rechazo de la compra.

Por su parte, Cantábrico señaló que las ofertas recibidas demuestran "el alto interés que suscitan la compañía y su posición de mercado entre otras empresas del sector". La asociación Unesa, que también preside Amusátegui reaccionó a la decisión del Gobierno y destacó que las ofertas de adquisición han respondido, en todos los casos, a criterios empresariales.