Torturado un periodista peruano que investigaba al servicio secreto
La guerra entre bastidores que se libra en Perú en torno al cuestionado proceso electoral se cobró ayer la primera víctima: el periodista Fabián Salazar Olivares fue salvajemente golpeado y torturado por individuos que asaltaron su oficina en Lima, y robaron documentación audiovisual y escrita gravemente comprometedora para las autoridades electorales. Ingresado en un hospital donde fue atendido de graves heridas cometidas con una sierra, el periodista acusó al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de estar detrás de atentado.
El principal objetivo de los cuatro asaltantes era unas cintas de vídeo en poder de Salazar en las que puede verse a los miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) Alipio Montes de Oca (presidente) y Rómulo Muñoz entrando en la sede del servicio de espionaje. El JNE es el organismo que debe confirmar o postergar la fecha de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El periodista había sido director general de protocolo del Congreso de la República, presidente del directorio de Radio Televisión Peruana, y en la actualidad trabaja como asesor de Baruch Ivcher, el empresario de origen israelí que fue despojado de la propiedad del Canal 2 de televisión por sus críticas al régimen de Alberto Fujimori.A través de contactos confidenciales había recibido cinco cintas de vídeo, tres disquetes y una carpeta con documentos manuscritos por Vladimiro Montesinos, el poderoso e incontrolable asesor del presidente Fujimori. En las imágenes, también se ve a los periodistas Jorge Morelli y Augusto Bresani, connotados adeptos al régimen, reunidos con Montesinos, así como a directivos de empresas encuestadoras.
Salazar declaró no tener ninguna duda de que los asaltantes eran miembros del SIN que interceptaron una conversación telefónica del periodista. Salazar relató en el hospital como a los diez minutos de haber recibido la documentación llamó con el teléfono móvil a su asistente. "Allí cometí un error porque debí llamar por un teléfono fijo y no por mi celular. La llamé desde la oficina para que me viniera a acompañar y para entregárselo a la misión de la OEA ", aseguró el periodista.
A empujones y en medio de insultos, Salazar fue amordazado e interrogado. El calvario empezó cuando empezaron a aserrarle lentamente la muñeca izquierda. Sus gritos alertaron a los vigilantes del edificio y pusieron en fuga a los asaltantes, que abandonaron la oficina no sin poner patas arriba todos los enseres y tratar de de incendiar la oficina. "Pensaron que estaba desmayado y abandonaron el lugar. Sin embargo, logré arrastrarme y salí para ponerme a salvo", afirmó.
El candidato a la vicepresidente por la candidatura de Fujimori, Francisco Tudela, calificó de "pésimo" el atentado, se mostró favorable a una investigación y preguntó: "¿Qué tiene que ver eso con la campaña electoral?".
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