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Reportaje:SALUD

Los resultados de los tratamientos figuran entre los mejores, pero falla el diagnóstico precoz Los hospitales españoles tendrán 'biochips' para seguir en la vanguardia de la oncología

Las nuevas tecnologías de diagnóstico molecular del cáncer, que utilizan biochips que contienen información genética para predecir los niveles de riesgo y la evolución de un tumor, llegarán a los hospitales españoles en un plazo de cinco años, a la par que a los centros pioneros de todo el mundo. Esta medida, impulsada por el nuevo Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), refuerza el reconocido buen nivel de asistencia y tratamiento del cáncer en el sistema nacional de salud de España. El problema radica en la lentitud y los retrasos que se producen en el diagnóstico.

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Cuando todavía falta un año para que finalice la construcción del edificio del CNIO, su director, Mariano Barbacid, ha puesto ya en marcha el programa de patología molecular para acelerar la implantación en los hospitales españoles de los llamados biochips, una tecnología que está llamada a revolucionar el diagnóstico del cáncer utilizando la información genética. El CNIO firmó en febrero de este año un programa de colaboración con siete hospitales y espera que esta revolucionaria tecnología esté operativa hacia el año 2005.Barbacid, que regresó a España en abril de 1998 para dirigir el CNIO, considera que los biochips son "uno de los temas más calientes" en oncología y que "su implantación en el sistema nacional de salud al tiempo que en otros países permitirá que España no vaya a la zaga".

Los biochips, que son una pequeña superficie inerte de aproximadamente un centímetro cuadrado, pueden alojar pequeños fragmentos de ADN o bien una copia completa de todos los genes del hombre. La utilidad de la primera aplicación (genechips) es determinar las variaciones moleculares o mutaciones que predisponen al cáncer; la segunda (los llamados microarrays, todavía en fase experimental) permitirá predecir el comportamiento clínico de un tumor y su posible respuesta a un tratamiento.

Maquinaria lenta

Mientras tanto, las condiciones de tratamiento en España no tienen nada que envidiar a las de otros países, al decir de los oncólogos clínicos. La asignatura pendiente del sistema sanitario español sigue siendo el diagnóstico precoz. "El sistema sanitario es bueno, pero su maquinaria es lenta y a veces el diagnóstico de un paciente se demora durante meses", reconoce Vicente Guillén, presidente de la Asociación Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe del servicio de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología.

Sin embargo, tanto el tratamiento quirúrgico como la radioterapia y la quimioterapia del cáncer están uniformados en la mayoría de los países de la Unión Europea, explica Rafael Rosell, jefe del servicio de Oncología Médica del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona). "El tratamiento es homogéneo en Alemania, Francia, Italia y España, porque todos estos países cumplen una norma estándar", explica.

Con respecto a Estados Unidos, Rosell sostiene que tampoco hay diferencias: "La situación del tratamiento del cáncer es exactamente la misma y los resultados terapéuticos son afines a los de Estados Unidos". Y añade: "Los últimos fármacos aparecidos en el mercado se pueden prescribir aquí igual que en Estados Unidos". En similares términos se expresa el presidente de la SEOM: "Los resultados de los tratamientos son iguales o mejores porque aquí tenemos un sistema sanitario más completo".

Aunque las cifras globales de supervivencia por cáncer (medidas a los cinco años del diagnóstico) son mejores en Estados Unidos y algunos países europeos que en España, Rosell reafirma que "no hay diferencias desde el punto de vista clínico" y que, por tanto, "es imposible que la curación del cáncer sea inferior". Las medidas terapéuticas aumentan la supervivencia y ya permiten que, en los países desarrollados, la mitad de los pacientes sobreviva más de cinco años, pero sólo consiguen curar del 10% al 15% de los tumores. Con todo, Rosell sotiene que hay que "considerar al cáncer como una enfermedad crónica y tratarlo como tal, olvidándose de si es curable o no".

La oncología clínica española, según Guillén, ha mejorado tanto en los últimos seis o siete años que "nos estamos convirtiendo en uno de los países punteros en investigación clínica".

La creación del CNIO puede ser el "nudo gordiano", como dice Rosell, para aproximar la investigación básica y la clínica, y potenciar la llamada "investigacional traslacional" y derivar rápidamente los avances de la ciencia a la clínica. Como prueba, el recién presentado consejo asesor del CNIO está compuesto a partes iguales por investigadores básicos y oncólogos clínicos.

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