"Para nosotros es más difícil torear en España que al revés"
Las Ventas se partió en dos. Aparte de la natural división entre sol y la sombra, invitados y paganos (que habían pagado, se entiende), republicanos y monárquicos, los había de Ponce y los que no lo eran tanto. Los últimos despachaban su ira con expresiones de rancio abolengo. Más por lo rancio que por lo de la alcurnia. Los segundos tampoco perdían baza y no querían dejar pasar la ocasión sin saludar atenta y encendidamente a la inocente parentela de los otros. Se caía el toro, una andanada. Citaba el de Chiva, mascletá de improperios. Y en esto llegó Eulalio López Díaz. Es decir, Zotoluco. "Oiga, cuidado con lo que dice". "Es el nombre del torero, no se ofenda". La tarde se iba en susceptibilidades.Llegó el mexicano dispuesto a torear su tercera corrida en España y, según el refrán, fue la vencida. "Desde luego para un torero español es más fácil torear y triunfar en México que para un torero mexicano hacerlo en España", comenta como de pasada el segundo matador después de Luguillano en cercenar una oreja en la presente feria. ¿A qué cree que es debido? "Pues, la verdad, no sé. Quizá a la estructura del propio astado. Allí es más chico y además no es tan violento. No quiero decir con esto que sea más fácil, pero algo sí que ayuda más a los toreros", contesta en un esfuerzo por justificar algo que se antoja injustificable.
Hace tres años
Zotoluco tomó la alternativa el 20 de julio de 1984. Para confirmar el doctorado en Las Ventas tuvo que esperar la friolera de 13 años. Fue el 27 de marzo de 1997 cuando el destino tuvo a bien presentarle en la primera plaza del mundo. Ese mismo año volvería a lidiar en la primera cita de San Isidro: el 10 de mayo. Desde entonces, nada. La de ayer fue su tercera presencia en Madrid y en España entera.
"Yo ya he triunfado en la Monumental de México. No sé por qué no ha surgido el volver a Madrid. Mi carrera está en manos de mi apoderado y si él no lo ha creído conveniente, pues...", dice, y en los puntos suspensivos se va el agradecimiento a tanta y quizá fructifera espera. "Uno sueña con la puerta grande. De hecho, si uno decide anunciarse en Madrid es para triunfar por todo lo alto. Pero estoy contento y una oreja es una oreja", comenta.
A su alrededor, en la habitación de hotel, radios de aquí y de allá, televisiones (de momento, sólo de aquí) y revuelo de gloria inmensa. "No es para menos", añade un aficionado, "ni me acuerdo cuándo fue la última vez que triunfó un mexicano en Madrid". "Desde Armillita", responde otro. "Ahora, le toca Zotoluco. Ya era hora. Y, por cierto, ¿de dónde vendrá semejante nombre? "Así se llama una ganadería de Azcapotzalco, Zotoluca, de donde viene mi familia", aclara el enigma el propio torero.
Por otra parte, Ángel Gómez Escorial sustituye a Vicente Barrera en la corrida de mañana y David Luguillano a Espartaco el 26 de mayo.
Babelia
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