Casi una cuarta parte de los equipamientos religiosos de Barcelona son no católicos
La primera base de datos que se ha recopilado sobre la situación de las religiones en Barcelona revela un crecimiento de confesiones no católicas en la ciudad, un fenómeno que es fruto principalmente de los flujos inmigratorios. El estudio, elaborado por el departamento de Investigaciones en Sociología de la Religión de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) por encargo de la concejalía de Derechos Civiles del Ayuntamiento, constata la existencia en la ciudad de un total de 1.287 equipamientos de culto y asociaciones confesionales, casi una cuarta parte de los cuales son no católicos.
Entre los equipamientos religiosos no católicos, que representan un 23,6% del total, los que gozan de mayor presencia en la ciudad son los correspondientes a las iglesias evangélicas (12,6%), seguidos de centros de los Testigos de Jehová (2%), los budistas (1,3%) y los islamistas (1,1%).Los autores del trabajo advierten de que esta proporción de centros no se corresponde con la de creyentes de cada fe en la ciudad. "Aunque la pluralidad religiosa no es un fenómeno nuevo en Barcelona, sí es una novedad que se perciba como una riqueza y no como un estorbo", afirma el coordinador del estudio, Joan Estruch, profesor del Departamento de Investigaciones en Sociología de la Religión de la UAB.
Por distritos, los musulmanes se concentran en Ciutat Vella, los budistas en Gràcia y el Eixample, y los evangélicos en los barrios de la periferia, según se desprende del estudio.
La inmigración es la principal causa de la diversificación de las tradiciones religiosas no católicas en Barcelona, especialmente en el caso del islamismo, cuya presencia se prevé que vaya en aumento. En otras confesiones, como el budismo, su auge se explica por "su popularidad y por el intercambio cultural", según Joan Estruch. En la confección de esta exhaustiva base de datos han participado, además de Joan Estruch, el orientalista Joan Hernández y el sociólogo Joan Gómez, con la colaboración de tres estudiantes de Sociología.
A partir de los datos recopilados, los autores del trabajo concluyen que el catolicismo, más que encontrarse en una etapa de decadencia, está experimentando un proceso de transformación. "Pese a que cada vez son menos los creyentes que acuden a las parroquias, en los últimos años han aparecido nuevos movimientos católicos mayoritariamente juveniles", indica Joan Hernández. Sin embargo, el trabajo advierte que "la existencia de asociaciones católicas con un perfil de miembros de edad avanzada o la pérdida de la vinculación religiosa de algunas entidades puede hacer disminuir la actual hegemonía católica de la ciudad".
Los principales beneficiarios de la base de datos serán los habitantes de Barcelona y sus visitantes, que tendrán a su disposición una completa información sobre horarios, direcciones y teléfonos de los centros religiosos de la ciudad, desde iglesias a mezquitas, sinagogas u otro tipo de lugares de culto.
Este estudio constituye el primer paso para la creación del Centro Interreligioso de Barcelona, que el Ayuntamiento quiere poner en servicio antes de finalizar el año en la Torre Jussana, en el barrio de Horta. Se trata de un proyecto cuya puesta en marcha fue acordada en un pleno municipal en octubre de 1998 y que debe servir de plataforma para fomentar el diálogo y el debate entre las religiones y culturas que conviven en la capital catalana.
"Para favorecer la aceptación mutua y la tolerancia entre los distintos grupos religiosos necesitábamos una herramienta indispensable: un conocimiento preciso y completo de la pluralidad religiosa de la ciudad", señala Joan Estruch. El sociólogo destaca la necesidad de que en el futuro esta base de datos se haga extensiva a toda el área metropolitana de Barcelona y se vaya actualizando permanentemente para que no quede obsoleta.
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