F+L<C+T

¿Será cierto? El antiguo Ministerio de Educación y Ciencia se ha dividido en dos previo cambio de nombre, pasando a ser de Educación y Cultura para después parir un hijo con gigantismo, el de Ciencia y Tecnología. La ciencia se desprendió primero de la educación y se ha asociado a la tecnología. En virtud de dicha operación, scientia ahora me temo que signifique para el Gobierno "lo de Internet", y para los "científicos" (palabra sobre la que planea la sinécdoque, figura o tropo que en otro tiempo cautivó a los "doctores", que lo fueron sobre todo en derecho o teología y ahora médicos), su campo de actuación y, por tanto, clave ahora de un proceso evolutivo aventajado, no sin más el conocimiento.No es que las palabras no deban cambiar de significado, pero si su alteración en este caso puede ser ignorante, desde luego no es inocente. Filosofía y letras, eso que ahora se viene llamando "humanidades" sin relación con cualquier tipo de concepción humanista, ya no es "conocimiento" ni "el saber" sino algo ornamental, puesto que, analizando ese saber a corto plazo (espacio de tiempo que admite un criterio político efectista que se adopta en aquellos momentos de la historia en que la política es más demagógica), la única utilidad que se aprecia en él es que capacita para ser un buen contertulio. Descartada otra opción que la de medir el conocimiento por la utilidad productiva del mismo a corto plazo, quedan desvinculadas las letras de la plabra ciencia y el Informe Bricall pasa tranquilamente a ignorarlas en sus planteamientos de fondo, sin la menor vergüenza por expresarse en él no sólo empleando un vocabulario restringido, sino con un léxico pobre.

La palabra hace al hombre, le constituye y le libera. De seguir por esta senda, en breve tiempo el ministerio volverá a mutar de nombre y pasará a ser "Ministerio de Buena Educación y Cultura". Entonces la república de las letras solicitará que el nombre cambie de nuevo a "Ministerio de Ciencias del Pensamiento" y nuestra memoria se morirá de pena.- .